Estimado señor De María:
El tema que quiero tratar con Usted es de alta relevancia.
Se trata del arbitraje de nuestra bendita Liga MX, que debo de reconocer, en
este segundo torneo ha empezado a concretar algunas de las nuevas ideas que se
planteó al principio, lo cual ya es motivo de congratulación. Ahora bien,
entiendo que el arbitraje no es competencia primaria de la Liga, sino de la
Federación, la que preside su compadre Justino Compeán. Si yo tuviera la
certeza de que mis ideas y comentarios encontrarían una recepción abierta en
las oficinas dela FMF, se la enviaría directamente a él, pero desgraciadamente
confío más en que Usted pueda llevar estas inquietudes, con un peso real en las
decisiones, que considero se deben tomar lo antes posible.
Me parece que está de más ahondar en los casos concretos de
malos arbitrajes que hemos vivido en los últimos seis o siete años, desde la
administración de Aarón Padilla al frente de la Comisión de Arbitraje. Lo que
cuenta es el ahora, y ahora es el momento de poner un alto a todas las atrocidades
que suceden cada semana, desde las oficinas del Centro de Capacitación.
Ya hemos escuchado y leído de todos los actores de nuestro
futbol (directivos, entrenadores, jugadores, periodistas, exárbitros y
aficionados), que el arbitraje está en caída libre. Nunca será posible llevar
al cabo iniciativas tan interesantes en el papel, como las que nos han querido
vender desde la Comisión de Arbitraje, si los encargados de implementarlas han
demostrado que su capacidad no es compatible con los cargos que ostentan.
Si la remoción de Aarón Padilla se gestó por su falta de
conocimiento en temas arbitrales, las necesidades de los silbantes y la nula sensibilidad
para rodearse de personas adecuadas, la decisión correcta era traer a una
persona que supliera estas carencias de Padilla. No solamente hicieron caso
omiso de estas habilidades y perfil que debería tener el nuevo Presidente de la
Comisión de Arbitraje, sino que trajeron a una persona que en su momento era el
segundo de Padilla. En lugar de dar un paso al frente, se dieron dos para
atrás. Rafael Mancilla NO es la persona idónea para manejar al gremio arbitral
mexicano.
La Liga MX, como “cliente” de los servicios que presta la
Comisión de Arbitraje, debería adoptar una postura más activa en la grave
crisis que viven los del silbato. No se trata de tener un enlace en las juntas
de la Comisión, es más, eso no se ve nada bien; se trata de exigir un servicio
de calidad, un servicio honesto, profesional y con prestadores del servicio
capacitados para la labor encomendada.
Como hombre de empresa que fue Usted muchos años antes de
entrar al futbol, sabe que la capacitación, y los capacitadores, son claves en
la consecución de los objetivos de una organización. Desde la cúpula se pueden
gestar las ideas más innovadoras, pero si el operador de estas ideas no tiene
la más mínima noción de cómo se hacen, los planes terminan en el cesto de la
basura, justo donde está metido el arbitraje mexicano en estos momentos, en el
borde del bote, a punto de caer.
Por el bien de nuestra Liga, esta nueva organización que en
poco tiempo ha demostrado que sí sabe poner en marcha los planes, con personas
idóneas para los puestos, con una estrategia de comunicación muy importante y
efectiva, es menester imperioso poner una solución al tema del arbitraje.
Desde su alta posición como Presidente de la Liga MX, tiene
el deber de actuar. Hay que levantar la voz para exigir que Rafael Mancilla y
Carlos González dejen la Comisión de Arbitraje ya. A nosotros los periodistas
no nos hacen caso, aunque sea unánime el clamor de cambio en Avenida del Imán.
Estoy seguro que a Usted sí lo tomarán en cuenta, claro, si le interesa y está
dispuesto a pelear por los derechos de su Liga y sus participantes, sus socios
más importantes, los equipos. Es tiempo de ejercer ese liderazgo, poder y
jerarquía que ha acumulado en esta última década, primero como Secretario
General de la FMF y ahora como Presidente de la Liga MX. ¿Será que podemos
confiar en Usted, Licenciado de María?
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