Transcurrieron las semifinales del Clausura 2012 sin
demasiados contratiempos arbitrales, salvo las complicadas acciones que le
tocaron a Francisco Chacón en la ida de la serie entre Tigres y Santos,
especialmente la patada de Hugo Palos a Oribe Peralta, la cual incluso fue
protestada por Santos ante la Disciplinaria. Evidentemente no les hicieron caso
y desestimaron la queja los dirigidos por Sabater.
La treta para ir colocando a Mauricio Morales y Roberto
García Orozco en la serie final le está resultando mejor de lo planeado a las
huestes de Padilla y su pandilla. El único verdadero rival que quedaba en la
lucha por la designación de la serie por el título era Francisco Chacón, que
con la "polémica" de su juego en el Universitario de Nuevo León le
dio las armas necesarias a la Comisión para justificar la presencia de Morales
y García en la "grande".
Marco Rodríguez no estaba considerado para repetir en alguno
de dos juegos finales por la cuenta pendiente que arrastra de hace seis meses.
Y con la presencia de Santos en esta instancia, cerrando en casa, y después del
recibimiento que tuvo en Torreón por la afición lagunera de amplia memoria, su
presencia es políticamente incorrecta. A pesar de haber realizado un gran
encuentro en el TSM, Rodríguez pagará el complemento de su condena que se ganó
en la última Final. Esta Comisión no se ha caracterizado por ser leal ni justa,
mucho menos piadosa, así que los desplantes de Marco le cobrarán factura
nuevamente.
Morales y García, por su cuenta, hicieron lo necesario para
darle motivos a sus patrones de proseguir con el plan macabro de tenerlos
designados desde el principio de la Liguilla. Mauricio y Roberto solventaron
con buenos trabajos sus encomiendas en la instancia semifinal, que seguramente
fue lo que les pidieron en las oficinas de Aarón: "no hagan nada raro en
sus partidos y la final es suya".
Con este asunto debidamente solucionado, queda la lucha por
las bandas. Los internacionales de confianza son Torrentera, Camargo (con todo
y su falla al invalidar un gol de Monterrey el sábado), Morín, Rangel y
Quintero. Lo más seguro es que entre ellos salgan los cuatro seleccionados,
pero en la cancha, con sus actuaciones a lo largo del torneo regular y la
Liguilla, la justicia le debería dar un premio a Víctor Barreto. Novato de
apenas dos torneos completos en la Primera División, el tapatío se ha ganado su
lugar en una banda; habrá que ver si la Comisión nos sorprende con un golpe de
humildad, o si se manifiesta como hasta ahora, yendo por sus preferidos, sin
importar los merecimientos de los demás. Los cuartos serán Rodríguez y Chacón
sin duda, así que en teoría ya están listos los ocho jueces que juzgarán los
180 minutos del torneo.
No fue la Final soñada entre los dos equipos de Monterrey,
pero sí será la Final del 1 contra el 2, como hace mucho tiempo no se daba.
Lástima que en el tema arbitral no estén los dos mejores. Como siempre, el
arbitraje se rige con otras costumbres, distintas a las de la justicia
deportiva.
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