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lunes, 1 de agosto de 2011

El maldito des-ordenador (o Ya ninguno es garantía)

He vuelto, y conmigo han regresado las desgracias arbitrales nuestras de cada semana. Una opción sería que mejor dejara de escribir, pero como eso no significará que los árbitros van a mejorar de la noche a la mañana, por lo menos no mientras sigan al frente los que están, mejor sigamos dando cuenta de las chambonadas que suceden cada jornada. Además, ni ganas de renunciar yo, mejor que renuncien los que tienen que hacerlo.
La Jornada 1 ni siquiera fue tan mala en realidad, hubo quejas de algunos árbitros, unas fundamentadas, otras no. Al tapatío Paul Delgadillo le cayeron fuertes críticas después del juego entre Tigres y Cruz Azul, y aunque no ha dejada de aparecer en las designaciones, la fecha 2 y 3 las verá desde la banca del cuarto árbitro. Otro que recibió su dosis de declaraciones fue Miguel Chacón Viveros. Fernando Arce, de los ascendidos Xolos, pidió a la Comisión árbitros de nivel y experiencia, y aunque la labor del silbante no fue tan mala (el penal marcado que inclina el juego a favor de Morelia es correcto), el riesgo de poner a uno de los nazarenos más malos, desde Sergio Herrera Charolet, es grande.
En el primer juego del campeonato debutó Óscar Macías en el Estudiantes vs Toluca. A él también se le fue a la yugular el capitán estudiantil, Juan Carlos Leaño, por el gol que le invalida, pero en esta ocasión la decisión del hidrocálido es correcta. Claramente se nota cuando Rubens le solicita la distancia en la barrera, y eso invalida cualquier madruguete. Bien por Macías.
Y por último, el América-Querétaro se lo entregaron a otro debutante: Antony Zanjuampa. Honestamente no quisiera gastar mi espacio en su trabajo; cada quien interprete lo que desee.
El asunto es el siguiente. Tecos, Xolos y Querétaro son los principales involucrados en el descenso, y en la primera fecha recibieron, cortesía del maldito ordenador, a dos debutantes y al peor árbitro mexicano de los últimos años (sí, más que Gasso).
En la segunda jornada, no obstante haber cometido el error la computadora de poner un árbitro punto menos que confiable para arbitrarle a Xolos, en la visita de los canes al Tec de Monterrey, les mandan a otro debutante. Arturo Ramos Palazuelos es un buen árbitro, en Liga de Ascenso, pero se le vio muy verde para dirigir en la máxima categoría. Y la inmadurez arbitral y de carácter se nota en una sola jugada. El primer tiempo lo dirigió sin mayores contratiempos, pero como dice mi estimado Profe Castillo (ése que enseñó a dirigir a muchas de las últimas figuras del arbitraje de Jalisco y que se extraña mucho), los primeros 45 minutos los arbitra cualquiera.
Ojo, no quiero decir que Arturo sea malo, en las finales del torneo anterior entre Xolos e Irapuato lo hizo de maravilla, seguro tendrá una buena carrera, pero mandarle a un debutante la carga de aguantar a Camargo, es demasiado. El ordenador lo puso en ese partido, pero la Comisión le mandó al metiche compadre de Chiquimarco. En fin, alguno de sus dos asistentes, Camargo o Salinas, le señala el penal que significa el empate para los Rayados, y el resto del buen trabajo que haya podido hacer se olvida, porque no tuvo la capacidad glandular para confiar en su ubicación y desestimar a los frustrados de la bandera. Lástima de debut, pero seguramente se repondrá.
Pero no nomás los debutantes la hicieron en la J2. Marco Rodríguez nos deleitó con un buen show, como hacía rato no veíamos. Primero se come un penal del tamaño del estado de San Luis Potosí al finalizar el primer tiempo del juego entre San Luis y Estudiantes. Para su fortuna, a medias, su asistente Carlos González, le indica que hay un penal flagrante, incluso de expulsión. Lo bueno llega cuando el de la bandera le pasa el chisme incompleto a Marco, y el Chiqui se va contra el Chango Moreno, cuando el culpable fue Matellán. Después de que Moreno le dice al árbitro claramente, “yo no fui y no me voy”, de algún lugar le llegó al del silbato la genial idea de que si no se ponían de acuerdo en el culpable, pues entonces no expulsar a nadie. ¿Y Matellán? Pues se salió con la suya. Lo que hizo Rubens después también era de expulsión por insultar a sus compañeros, pero el que verdaderamente fue sancionado con el cartón rojo por pasarse de la lengua con Michael Orozco, fue el Cheto Leaño, al igual que el potosino que se quiso descontar al capitán zapopano. Ambos terminaron el juego antes de tiempo en los vestidores, y verán la J3 desde la tribuna. Uno por lépero y el otro por broncudo.
Y ahora ni cómo echarle la culpa al ordenador, porque mandó al supuesto mejor árbitro al juego de un involucrado en el descenso, pero ni así, lo que nos lleva al segundo punto del título de esta publicación. Fallan los debutantes, fallan los internacionales, fallan los asistentes, fallan los que dirigen a los árbitros, y al final, que se vayan al carajo los equipos, especialmente los Xolos. Y cuando por fin el des-ordenador les manda a Roberto García al juego vs Chivas, el partido se juega hasta dentro de un mes.
Bienvenido yo de regreso, ustedes también por supuesto, y las desgracias arbitrales nuestras de cada jornada.
TA S

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