Esto está bien fácil: Tanto en Irapuato, como en Morelia, hubo más árbitro que partido. César Ramos Palazuelos y Roberto García Orozco cumplieron con creces su labor, al dirigir las idas de los partidos más importantes de la temporada en las dos categorías estelares del futbol mexicano.
A Palazuelos le tocó un partido un poco más movidito, que no bien jugado, pero sí de mayor exigencia. Con su cara de niño bueno, casi al final del juego se le plantó en la cara a Cuauhtémoc, para mostrarle una tarjeta amarilla con carácter y personalidad.
De Roberto García hay muy poco que escribir. El partido estuvo tan malo, que ni patadas se dieron los jugadores. Cabrera y Velarde se quisieron pasar de rosca al inicio del segundo tiempo; Roberto les metió mano dura con sus respectivas amarillas y punto final al problema.
Tal vez lo más destacable de toda la actuación del árbitro capitalino, fue la manera tan peculiar de dar el silbatazo inicial. En una mezcla de Eduardo Brizio, Manuel Glower y Mauricio Morales, Roberto tomó vuelo, y lanzó su brazo derecho al frente con mucha energía, tal vez demasiada.
Al momento de escribir esta entrada, la FMF no ha publicado las designaciones para los juegos de vuelta. Crece el rumor de que Marco Rodríguez le podría comer el mandado a Chacón, en lo que sería una muestra más de injusticia por parte de la Comisión de Arbitraje.
Por lo pronto, los juegos de ida resultaron favorables para los silbantes, sin jugadas polémicas, expulsiones o goles conseguidos de manera dudosa. Si TA S
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