Vistas de página en total

martes, 19 de abril de 2011

Lecciones de arbitraje, cortesía de Chacón

Hace mucho tiempo, mucho en verdad, que no veía en vivo (osea, no en la tele con sus repeticiones y comentarios de personas que no saben en muchas ocasiones lo que dicen), un arbitraje de tan alta calidad, como el que mostró Francisco Chacón el domingo en el Estadio Jalisco. Así de entrada, me parece que el Estudiantes vs América de la fecha 15 ha sido el juego mejor dirigido del torneo.
Para muchos árbitros, terminar un encuentro sin mostrar tarjetas amarillas tiende a ser un objetivo muy preciado. En buena cantidad de los casos, alcanzar esa meta significa que se tuvo un control adecuado de las acciones, que la personalidad y buenas decisiones técnicas fueron suficientes para llevar el juego a buen término. Aunque en muchas otras ocasiones, ese mismo deseo por no sacar el cartón amarillo de la bolsa, permite que se den muchas patadas, y el árbitro confunda su labor de conductor por obtener un triunfo personal.
En el caso de Francisco Chacón, la ausencia de amonestaciones fue un claro ejemplo de cómo controlar un partido con jerarquía. Las expulsiones a Carlos Reinoso por sus constantes rabietas en la banca, y a Marcelo Alatorre por impedir una acción manifiesta de gol de Montenegro, fueron determinantes y correctas para darle forma a su juego.
Además de la gran concentración y manejo de las sanciones, Chacón demostró que se estaba divirtiendo dentro del terreno de juego. Corrió como pocas veces lo había visto, sonrió, regañó, medió y hasta se dio tiempo de posar en algunos de sus señalamientos. Se notaba desde la tribuna cómo estaba disfrutando su partido. Seguramente al final se fue a festejar con un buen corte a La Estancia, porque su trabajo bien se lo mereció.
Nota aparte merece el trato que tuvo con su asistente número uno. La última vez que dicho personaje actuó en el Jalisco, despedazó el partido, en complicidad con el árbitro en turno. Esta vez, Camargo intentó arbitrar desde la banda nuevamente, pero Chacón no es Arellano. Hay una acción muy clara en el segundo tiempo, en el que un jugador de América patea levemente, sin intención, en el rostro a un rival tecolote. Camargo agitó la bandera con fuerza y señaló su bolsa de la camisa, para indicarle al árbitro que la jugada merecía amonestación. Chacón hizo mutis, ya que tenía bien claro que el juego estaba en la bolsa y no iba a desperdiciar una tarjeta, mucho menos por recomendación de su asistente.
Esa jugada aislada no significaría mucho, simplemente que el árbitro tiene la jerarquía suficiente para tomar sus propias decisiones, pero posteriormente, en la señalización que hace el auxiliar de un fuera de juego que invalida el potencial empate a 2 goles de Lillingston, se notó que Chacón le iba a cobrar a Camargo las que debía del Clásico Tapatío de hace unas semanas. El delantero estudiante corrió con rabia hacia donde se encontraba el verdugo de su anotación y le recitó unas palabras poco amistosas, en relación directa a la supuesta profesión de la madre de Camargo. Chacón definitivamente se dio cuenta de lo que pasaba entre el delantero y el asistente, incluso es probable que lo escuchara por la diadema. Con Arellano en la cancha como central, o cualquier otro árbitro sin valor, el show no se hubiera hecho esperar. “Ay árbitro, me dijo que mi mamá no sé qué, expúlsalo”, se hubiera escuchado por el intercomunicador. Pero no esta vez. Camargo ni se atrevió a decir nada. Y Chacón reanudó el juego como si no hubiera pasado nada. Qué muestra de valor, liderazgo y desparpajo del central. Ojalá Camargo haya aprendido la lección.
Al final del juego, cuando los árbitros se reúnen para salir juntos de la cancha, Chacón recibió a su otro asistente, Salvador Rodríguez, con caluroso abrazo. Cuando los alcanzó Camargo, recibió un cordial apretón de manos. La señal fue clara como el resultado del juego.
Si Chacón arbitra el resto del torneo como lo hizo este partido, solamente una injusticia, de las que casi no hay en la Comisión de Arbitraje, le impedirá dirigir la Final.

Colofón

Víctor Romero, un asistente puede no conceder un gol que rebasa apenas la línea de gol, la colocación, la velocidad o un obstáculo en la visión pueden provocar el error, totalmente comprensible en algunas ocasiones; pero no hay manera de que veas el balón adentro de la portería cuando esto no sucedió. Lástima, estabas haciendo un gran torneo, ojalá no te afecte mucho en tus aspiraciones dentro de la Liguilla, porque por lo pronto reviviste al Atlas y mataste al Pachuca.

Colofón 2

La Comisión de Árbitros de FIFA designó a las silbantes que dirigirán el Mundial Femenil de Alemania, entre junio y julio de este año. Felicidades a Quetzali Alvarado, Rita Muñoz y Mayté Chávez. Seguramente tendrán un gran papel y demostrarán nuevamente que el arbitraje mexicano es de alto nivel internacional, especialmente el femenil.

TA S

No hay comentarios:

Publicar un comentario