Después del receso obligado en el inicio
de la Liguilla por el partido de México en Wellington, este fin de semana
comenzará el otro campeonato, el que define al campeón de Liga, el que importa
más que las 17 semanas anteriores.
Así como a las instancias definitivas
llegan los mejores ocho equipos, o por lo menos los que lograron la mayor
cantidad de puntos, así es como durante la fase regular, los árbitros se juegan
un lugar en la lucha por su título particular. Recordemos que el equipo
arbitral que dirige la Final de Vuelta, sin importar el campeón que resulte, se
lleva su medalla de campeón, que es su máximo deseo.
Como es costumbre desde hace muchos
años, la Comisión de Arbitraje nombra a sus mejores silbantes antes de la fase
final, les organiza una pequeña concentración en el CAR y trabajan aspectos
específicos en la parte física, técnica y mental, de cara a la lucha por el
título.
Regularmente se nombra a 12 árbitros y
16 asistentes, como sucedió en esta concentración del 4 al 7 de noviembre
pasados, aunque por su participación en el Mundial Sub17, Marco Rodríguez,
Marvin Torrentera y Marcos Quintero, no estuvieron presentes. Con sus nombres,
la lista pasa a 13 silbatos y 18 banderas.
A pesar de que en teoría el número ideal
sería de ocho árbitros y 16 asistentes, para formar un equipo arbitral para
cada partido de cuartos de final, se nos olvidan los cuartos árbitros. Por este
motivo, se convoca a estas concentraciones a cuatro más, que en teoría sólo
participarían desde la silla en la banda, pero desde la administración Padilla,
la lógica ha dejado de tener sentido en la Comisión.
Recuerdo que en los tiempos de Codesal y
Yamasaki, que son los que más claros tengo en la memoria, solamente ocho
silbantes tenían derecho a dirigir. Ya sabíamos que los supuestos cuatro
mejores iban a las vueltas, y del 5 al 8 a las idas. De esos ocho, cuatro
avanzaban como centrales a semis y los otros cuatro se conformaban con la
silla. Así seguía en la Final, y cada partido arbitrado, era la prueba para
seguir en competencia, o bajarse del barco.
Ahora, es posible ver que árbitros que
no están en los cuartos de final, dirijan semifinales; tal vez estén tratando
de imponer un criterio estilo Copa del Mundo, pero no olvidemos que en este
tipo de competencias van los mejores equipos arbitrales del MUNDO, y no
petardos como Miguel Ángel Chacón.
La lista la conforman Roberto García
Orozco (Fifa), Fernando Guerrero, Luis Enrique
Santander, Oscar Macías, Jorge Antonio Pérez Durán, César Arturo Ramos, Jorge
Isaac Rojas (Fifa), Ricardo Arellano (Fifa), Paúl Delgadillo (Fifa), Miguel
Ángel Chacón, José Alfredo Peñaloza (Fifa), Francisco Chacón (Fifa) y Marco
Rodríguez (Fifa). Destacan las ausencias de los internacionales Fabricio Morales,
Miguel Flores y Erim Ramírez. A pesar de las malas actuaciones que puedan haber
tenido en el torneo, ninguno de estos tres silbantes se acerca tantito a la
inexistente capacidad de Miguel Chacón, que una vez más, aprovecha sus
conexiones y amistad con los dirigentes, para arañar unos pesitos extras para
completar el aguinaldo.
Sin participaciones internacionales de
los premundialistas García y Rodríguez, como en la Liguilla anterior, aplicando
la lógica incoherente de Mancilla y sus secuaces, Marco y Roberto están
palomeados para los juegos grandes. Sólo una verdadera catástrofe los quitará
de ahí, que en verdad tendría que ser escandalosa, porque recordemos que en la
gira del adiós de Mauricio Morales, a pesar de tener una liguilla desastrosa,
lo metieron con calzador en la Final de ida hace tres torneos.
Antes, teníamos la certeza de que los
Brizio, Ramos Rizo, Alcalá o Archundia, eran elecciones cantadas, pero
sustentadas por su trabajo en cancha. Hoy, Marco y Roberto disfrutan de las
bondades de una Comisión de Arbitraje que privilegia su imagen internacional
para tratar de meter a ambos en la lista final para Brasil, sin importarles la
calidad de sus trabajos, el riesgo que representan para los equipos
contendientes y la justicia deportiva que debe prevalecer.
Por el bien del futbol mexicano, de las
aspiraciones de los dos por sellar el boleto a Brasil, y de la Comisión de
Arbitraje que pueda presumir a dos mexicanos en el Mundial, ojalá Marco y
Roberto nos hagan tragar estas palabras y demuestren por qué están palomeados
para la Final, sin siquiera haber comenzado la Liguilla.
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