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martes, 23 de julio de 2013

El "Chino"

Peruano de nacimiento, mexicano por adopción, chino por alguna ocurrencia de sus amigos. Hoy 23 de julio de 2013, con 84 años a cuestas y un exceso de equipaje lleno de triunfos, historias y anécdotas, Arturo Yamasaki Maldonado partió del mundo terrenal, a la vida después de la vida.

Su carta de presentación es haber dirigido aquel memorable encuentro entre Alemania e Italia en 1970. Se le llama el Partido del Siglo, aunque con dos centurias de futbol mundial, puede convertirse ya en el Partido de la Historia. Y ese juego lo arbitró él. En su palmarés también se encuentran los Mundiales de 1962 y 1966, así como los Juegos Olímpicos de 1968 y 1972.

Su faceta pública lo ubicó como instructor de árbitros mexicanos, asesor de la Federación, Presidente de la Comisión de Arbitraje y referente arbitral mexicano durante 45 años, desde su llegada al país en el lejano 1968.

Desde su retiro de las canchas en 1975, hasta su retiro definitivo de la instrucción hace apenas dos años, Yamasaki forjó a todos y cada uno de los árbitros mexicanos de nuestra historia moderna. No vale la pena escribir nombres, sencillamente fueron TODOS los que pasaron por sus consejos, regaños, charlas y una que otra pachanga, porque ésas también instruyen.

En privado, en su círculo compuesto por árbitros especialmente, la constante eran las risas, las groserías, los chistes y el jolgorio. Para todos sus pupilos siempre se hacía un momento, no importaba si eran los más jóvenes de Tercera División o los consagrados internacionales.

A título personal, debo reconocer que tuve mis encontronazos con el “Profe”. Primero como árbitro y después como Delegado de Jalisco, pero siempre en el más estricto profesionalismo, porque también sabía ser profesional, decidido, íntegro y determinado.

Jalisco fue su segunda casa en México, donde pasó una larga temporada formando árbitros en los años ochenta y noventa, apoyando al también finado Jorge Salles Cuervo, en una dupla espectacular que le trajo a este estado sus momentos de máximo esplendor en el arbitraje nacional. Hoy, se vuelven a reunir en el Cielo.

Ya que hemos llegado a su relación con Jalisco y el licenciado Salles Cuervo, el cuerpo se me estremece al recordar la despedida que le hizo el “Profe” a su querido amigo hace poco más de 10 años. Al pie de su ataúd, al término de la misa de cuerpo presente, tomó un silbato, y con el aliento cortado por la tristeza, silbó tres veces, señalando el final del “partido”.

Es difícil encontrar las palabras idóneas para describir lo que significó Arturo Yamasaki para el arbitraje mexicano y mundial. Lo más fácil es decir que todo, pero incluso así temo quedarme corto. Es de esas pérdidas que marcarán la historia, que todos los que admiramos y conocimos al “Chino”, recordaremos siempre.

Este fin de semana tiene designación en el Cielo, para dirigir un partido de Estrellas, donde sólo hacía falta el juez.

Descanse en Paz Don Arturo.

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