Vistas de página en total

martes, 14 de mayo de 2013

La mejor Liguilla en años


Más allá de las sorpresas en los equipos calificados a las semifinales del Clausura 2013, donde tres de los cuatro vienen de la parte de abajo de la “tabla”, los cuartos de final de la Liga mX nos regalaron ocho arbitrajes de mucho mejor nivel que el futbolístico mostrado en la cancha por los equipos.

En los partidos de ida aparecieron Alfredo Peñaloza, Fernando Guerrero, César Ramos y Jorge Rojas. El que presentó más detalles por mejorar fue Peñaloza, que falló al perdonarle la vida a Rivas de Tigres, que se esmeró en ser expulsado. Más allá de eso, los cuatro arbitrajes en los juegos iniciales fueron de alto nivel.

El que anda enrachado, como el Neza de Roberto Hernández con nueve triunfos seguidos, es el Joven Maravilla, César Ramos, que en el juego entre Santos y Atlas volvió a mostrar mucho temple, seguridad, criterio y gran condición física. Es notable la manera que tiene de escapar a los problemas, no se enfrasca en discusiones inútiles con los jugadores, señala lo justo y deja seguir el juego cuando es conveniente, sin escudarse en la malentendida continuidad que en el torneo regular dejó muchas patadas sin castigar. Un árbitro que se encuentra metido en una racha de este nivel, es como un delantero que ha encontrado la portería contraria. Semifinalista seguro.

Los partidos de regreso fueron para las cartas fuertes de la Comisión. Marco Rodríguez, Roberto García, Paul Delgadillo y Jorge Pérez Durán, mantuvieron los buenos trabajos de sus colegas, para cerrar de manera sobresaliente la primera fase de la Liguilla.

Marco y Roberto tienen el silbato listo para las semifinales. A pesar de que el torneo regular de García Orozco fue bastante ídem, está en carrera para el Mundial de Brasil, ya fue designado al Sub20 de Turquía y en el Clásico del Norte cumplió con un trabajo bastante bueno. La mancha en su actuación fue la expulsión a Danilinho, ya que en la jugada de la segunda amonestación por supuestamente simular una falta, recibe un contacto del defensor rayado, que anularía el “clavado”. En descargo del árbitro, a velocidad normal, la caída se ve como una simulación a primera vista. No es relevante para el marcador por el minuto en que sucede y por la evidente superioridad de Monterrey, que tenía controlado el juego y en la bolsa el pase a la antesala de la final.

El partido más dinámico y complicado de la ida había sido Cruz Azul contra Morelia. Paul Delgadillo tenía la misión de continuar con la buena labor de Jorge Rojas, que cumplió con creces,  al entregar el trabajo más pulcro de todos los cuartos de final, empatado con César Ramos. En condiciones generales eso sería suficiente para completar su pase a semifinales, pero no contaba el tapatío con lo que sucedería inmediatamente después en el Estadio Jalisco.

Jorge Pérez Durán tuvo el partido más difícil de su carrera. No por el tipo de juego en sí, sino por las decisiones tan importantes que tuvo que tomar en la vuelta entre Atlas y Santos. Apenas al minuto 4, Alberto Morín validó el gol de Omar Bravo, en un balón que traspasó por centímetros la línea de meta. Hace falta una cantidad de valor muy grande y una concentración de otro mundo, para señalar el centro del campo en una jugada así de apretada. El apoyo del árbitro fue incondicional, que rubricó con una amonestación a Oswaldo Sánchez por los reclamos.

Al 24, ahora en colaboración con su segundo asistente, Jimmy Acosta, sanciona impecablemente la expulsión del arquero rojinegro por jugar con la mano fuera del área, impidiendo un gol cantado de Darwin Quintero.

No es fácil arbitrar con el Jalisco a tope, con una afición que se veía avanzando en el campeonato y mucha presión de gente experimentada en el terreno y fuera de él. Las virtudes más grandes de Pérez Durán y su equipo fueron la concentración y la calma. Cerraron su actuación con broche de oro, al invalidar el que sería el segundo gol rojinegro, por un fuera de juego claro, que señala Jimmy Acosta con una sangre fría y una docena de blanquillos envidiable (semifinal ganada con creces para el asistente). Después de esta actuación, la decisión entre Delgadillo y Pérez para avanzar a semifinales, se pone de a peso para la Comisión.

La Liguilla se gana con merecimientos en la cancha, pero también con experiencia y jerarquía. De lo primero, César Ramos tiene de sobra; de lo segundo, Roberto y Marco llevan mano para las vueltas. ¿Jorge o Paul? ¿Jerarquía o gran actuación? Y como no le puedo sacar al pronóstico después de alabar a los árbitros valientes, me voy con la experiencia de Paul Delgadillo para completar la cuarteta de centrales en semifinales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario