Hay pocas acciones dentro del futbol más patéticas que un error grosero del equipo arbitral, que incida directamente en el marcador final de un partido. Es patético cuando eres el Necaxa; pierdes 0-1 de manera un tanto injusta futbolísticamente hablando, y en la última jugada del partido, te invalidan un gol bueno por supuesto fuera de juego (Necaxa 0-1 Atlas, jornada 2). Pero es mucho más incomprensible y de mal gusto, culpar al equipo arbitral de tu derrota, cuando tuviste el juego en tus manos (o en tus pies claro), el control de la pelota y las oportunidades necesarias para recuperar el gol que te “quitaron” en el primer minuto del partido (Cruz Azul 2-1 Atlas, jornada 7).
Este pensamiento me vino a la mente el fin de semana en el que se jugó la jornada 7 de nuestro futbol mexicano. Mi “nuevo hijo”, de casi 13 años, culpaba genuinamente y sin misericordia al árbitro Miguel Flores, de la derrota del Atlas en su visita al Estadio Azul. Más tarde Galindo hacía lo propio, demostrando muy pocas actitudes positivas dignas de un director técnico.
Después de lo sucedido en esos primeros 90 segundos de partido, en donde también cae el primer tanto de Cruz Azul, el trabajo del equipo arbitral fue tan bueno o malo como lo ha sido el común denominador en las siete semanas que llevamos de competencia. Las protestas del final, al conseguir Cruz Azul el gol del triunfo son totalmente infundadas. La falta de Arreola es clara, su segunda amonestación correcta y el gol anotado por la dupla Romo-Domínguez es totalmente válido.
Atlas tuvo un lapso de 91 minutos efectivos (contando las reposiciones) de juego para hacer el mismo o mayor número de goles que su oponente, pero no lo logró. Y no lo logró, no por culpa del árbitro y sus asistentes, sino por su propia incapacidad de concretar sus jugadas de gol. Hubiera sido muy aleccionador, que Galindo declarara al final del partido: “No nos llevamos un mejor resultado, porque la falla de Costly cuando el marcador era 1-1, fue grosera, fue un desastre”. No lo declaró así, pero qué tal “no digo que nos robaron, pero la labor del árbitro fue desastrosa”. ¿Te acuerdas Maestro del Necaxa-Atlas?
Y ejemplos como el caso Cruz Azul-Atlas hay tantos, que no hay blogs suficientes para nombrarlos. Esto que relato es apenas lo que sucedió esta jornada, pero basta hacer un poquito de memoria para encontrar historias similares. Hasta el error arbitral más grande que he visto en los últimos años, en el México vs Argentina del último Mundial, no es absolutamente determinante del resultado. Al final de cuentas era el primer gol y quedaba 75 por ciento de partido para conseguir el empate. ¿O acaso del equipo arbitral de Rossetti tuvo la culpa de la pésima técnica de Osorio?
Culpar a un árbitro y/o a su equipo por incapaces, mal preparados, faltos de valor, ignorantes y demás defectos, es totalmente válido, porque se lo merecen con mucha regularidad (especialmente los mexicanos en los últimos años). Culpar a sus dirigentes por incapaces, comodinos, parciales e incompetentes, también se vale. Lo que no se vale es tener la excusa perfecta en un grupo de jueces, para justificar la propia incapacidad futbolística de un grupo de jugadores y su técnico.
Vamos a criticar la labor del sistema arbitral mexicano y a sus dirigentes, pero con la finalidad de que desarrollen su potencial y sean más eficaces, no para tener el desahogo adecuado a los propios errores de los futbolistas y sus técnicos.
TA S
Justa razón, no puedes culpar al arbitro de las fallas o falta de capacidad de tu equipo... Probabemente el árbtro se equivoque, pero a fin de cuentas el juego lo gana el que mete los goles...
ResponderEliminarAunque, a fuerza de ser sinceros, es muy díficil aceptar esta realidad, cuando es tu equipo el que no gana (Jejeje.. Todavía me acuerdo de mi Celaya que no ganó la final contra Necaxa; pero tampoco perdió..
Saludos..