Dice el dicho que a las mujeres no hay que entenderlas;
simplemente amarlas. A la Comisión de Arbitraje de México le podríamos hacer
una pequeña modificación que dijera así: “A la Comisión no hay que entenderla,
simplemente odiarla”.
La perorata de que Rafael Mancilla y su lista de secuaces,
que cada vez se hace más grande, trabajan de manera misteriosa me está llegando
a cansar incluso a mí que tanto la utilizo, pero es que no hay manera de
comprender las decisiones que se toman en las oficinas de Avenida del Imán, en
el antiguo Centro de Capacitación.
La lista de 13 árbitros que están contemplados para la
Liguilla se sale de todo raciocinio. Hace no muchos años, en los tiempos que el
arbitraje en México era mucho menos caótico que ahora, al igual que los
equipos, sólo ocho silbantes se colaban a las finales.
La división era muy simple, ya que los mejores cuatro se
iban directo a las vueltas de cuartos de final, y los restantes a las idas. De
esos juegos, los mejores cuatro avanzaban de ronda, y así sucesivamente hasta
la Final. ¡Qué tiempos aquéllos!
El torneo pasado, se utilizaron 12 árbitros en las
instancias finales. Cuatro de esos 12, sólo actuaron como cuartos árbitros. Los
otros ocho se pelearon los avances de ronda, pero como todo el asunto estaba
amañado para que Mauricio Morales y Roberto García dirigieran la Final, todo lo
demás fue una pequeña farsa.
No contentos con premiar a cuatro árbitros del montón para
que siguieran cobrando como edecanes de lujo, en este Apertura 2012 se añadió
uno más a la lista. Así, ya ni las matemáticas salen y el “sistema de
competencia” se vuelve todavía más ridículo que el de los equipos para
calificar. La baraja arbitral es de 20 elementos, de los cuales avanzó a la
Liguilla casi el 70 por ciento. 13 de 20 es una verdadera vacilada.
¿Qué esperamos en esta Liguilla? Pues lo mismo de todo el
torneo. Penales no sancionados que sí eran; penales marcados que nuca fueron;
patadas de tarjeta roja dejadas en amarilla; reclamos e insultos de jugadores y
técnicos sin castigo, más la larga lista de etcéteras que vimos en las 17
fechas del torneo regular.
En este cierre de campeonato no se vislumbra un silbante que
haya destacado del resto. Marco Rodríguez hizo una mejor segunda parte de torneo,
pero sigue por debajo de su nivel. Roberto García y Francisco Chacón no están a
la altura de su estatus ganado últimamente, y del resto tampoco hay mucho más
de qué hablar. Tal vez Miguel Ángel Flores sea el que en mejor momento esté,
pero su nombre no pesa nada en la Comisión.
Erim Ramírez, futuro FIFA, se vino abajo; Peñaloza, Fabricio
Morales y Arellano, los otros internacionales, dan dos de cal por media de
arena, y entre los nacionales con mayor futuro, está Toño Pérez Durán, aunque
la inexperiencia juega en su contra. Ayala, Santander, Macías y Fernando
Guerrero, que dirigió lesionado el Cruz Azul-Monterrey, calentarán la banca
seguramente, sin mayores pretensiones más que cobrar un poco más para completar
el aguinaldo.
La estructura arbitral mexicana está a punto de tocar el
fondo del mar. Una mala Liguilla, como la que se espera, podría ser el punto en
el que se consuma este destino que todos vemos, salvo sus dirigentes, así que,
visto desde una perspectiva positiva, a partir de enero debería levantar. Por
lo pronto, a rogar para que el campeón de este primer torneo de Liga mX sea
justo, sin un escándalo arbitral de por medio.
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