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martes, 29 de enero de 2013

Cambio de nombre


Hoy les voy a contar una historia real, que sucedió en la primera jornada del Torneo Apertura 2003 de la Tercera División Profesional de México. El lugar, Estadio Colima, en la capital mundial de los cocos; los equipos, Volcanes de Colima y Estudiantes Tecos; los árbitros, de Jalisco, Omar con el silbato y los tocayos Javier por las bandas.

Era una tarde de domingo de agosto. Mucho calor, jornada inaugural y unas 150 personas en la tribuna. Ya van a cumplirse 10 años de este juego, así que me perdonarán que no recuerde el marcador exacto, pero ganaron los locales.

Uno de los árbitros asistentes de esta ocasión tiene sus raíces maternas en Colima; aunque no nació en ese bello estado, se siente mitad colimote y mitad jalisquillo. El operador del sonido local reconoció el apellido del “bandera” y fue muy efusivo al anunciarlo antes del inicio del encuentro. Unos pocos aficionados captaron el mensaje, y como estaba ubicado en la banda de la tribuna principal donde se concentraba el público, no tardaron en “interactuar” con el paisano.

Antes de seguir, debo aclarar que los aficionados al futbol en Colima no son precisamente de los mejor portados del país. De hecho, en un futuro, les voy a platicar de un suceso muy bochornoso que sucedió en ese mismo estadio, ese mismo torneo, seis semanas después, con el mismo paisano, aunque esa vez actuó de central. Pero ésa es otra historia, el caso es que debo ponerlos al tanto de que no es fácil arbitrar en Colima.

Por fortuna para el equipo arbitral, los locales se fueron al frente muy temprano en el juego y mantuvieron el control durante los 90 minutos. Las decisiones arbitrales fueron acertadas en su gran mayoría, así que el ánimo en la tribuna era relajado.

Con la confianza y tranquilidad de que el equipo arbitral tenía el partido bajo control, el asistente protagonista de este relato, decidió que era buen momento para divertirse un poco con los aficionados que tenían ya un buen rato haciéndole bromas, lanzando piropos y silbándole.

Empezó por voltear rápidamente a la tribuna y sonreír fugazmente a los comentarios burlones, mas no groseros, de los aficionados. Los ojos azules del árbitro llamaron la atención de sus nuevos “amigos”, por lo que las bromas subieron de tono. “Papacito, qué grande tu banderota”, “Apachurro”, “Acá te esperamos a la salida”, y demás frases que se podrán imaginar.

Como el drama y el protagonismo no se le negaban, comenzó a exagerar en sus maneras de pararse, correr y señalar. En una de ésas, hasta las alzó la pompa y un beso mandó a la tribuna. ¿A poco creían que Paco Chacón fue el primero en hacer eso? No, lo que pasa es que la Tercera no se transmite ni en la televisión de la escuela local.

El chacoteo entre tribuna y asistente era poco menos que de escándalo. Era tan notorio, que el árbitro central lo detectó, pero en lugar de pedir cordura y profesionalismo a su auxiliar, disfrutaba divertido lo que pasaba atrás de las bancas.

Faltaba poco para el final del partido, cuando viene la frase que se llevó la tarde. Incluso entre los familiares del árbitro se sigue comentando con burla esta anécdota, 10 años después. El motivo exacto que dio origen al comentario que salió de la tribuna no es claro, pero debió de ser porque alguien preguntó por el nombre del asistente o algo así. El caso es que una voz, bastante potente, gritó sin pena: “Oye bandera, ¿además de esto qué haces? Seguro trabajas de noche y después de las 8 te cambias el nombre a Xóchitl”.

Después de eso, los árbitros pudieron haber destrozado el partido, acuchillado a los locales, y no hubiera pasado nada. El espectáculo no estaba en la cancha, ni el interés de la mayoría de los aficionados. Ver a Xóchitl correr con banderín en mano era lo más divertido, lo que valió el boleto.

PD. Ésta es una historia real. El estadio, los equipos, el resultado y la fecha son verídicos. Los nombres de los árbitros pueden o no ser los verdaderos, ¿ustedes qué creen?

martes, 22 de enero de 2013

Puñaladas por la espalda


Bien dicen que a los amigos hay que tenerlos cerca, pero a los enemigos todavía más; se supone que es más fácil defenderse, pero en la Comisión de Arbitraje, en concreto los árbitros, tienen a su peor enemigo en un supuesto aliado de la Federación. ¿Sí adivinaron? Pues claro, es la Comisión Disciplinaria.

Y sigue la mata dando con los secuaces de Eugenio Rivas. La eterna discusión, con argumentos abrumadoramente válidos, en contra de sus intervenciones para hacer justicia de escritorio, seguirá como el conejito, hasta que se les acabe la pila eterna que los impulsa a revocar decisiones de los árbitros, tomadas durante los partidos.

En esta ocasión fue el turno de Jorge Rojas y Francisco Chacón, de pasar al banquillo de los acusados. Independientemente de que las decisiones que tomaron en sus respectivos juegos hayan sido correctas, apenas reglamentariamente fundamentadas o errores notorios, la Disciplinaria no tiene el derecho de juzgar jugadas de apreciación, a menos de que la evidencia sea indiscutible, sin lugar a ninguna duda razonable. Y ni en Pachucha ni en Guadalajara sucedió lo anterior.

El sábado, en el encuentro entre Tuzos y Gallos, Jorge Rojas determina expulsar al defensa local Paulo da Silva, por una entrada muy fuerte sobre Antonio Gallardo. La fuerza que utiliza el jugador paraguayo para disputar el balón es desmedida, y constituye una acción que se puede castigar con tarjeta roja si el árbitro así lo estima. Si se tardó Rojas, si le avisaron, si se confundió o el pretexto que quieran, el caso es que al final expulsó al infractor por juego brusco grave. Las repeticiones televisivas no ofrecen un plano en donde, de manera indiscutible, se compruebe que no existe falta sancionable en la acción.

Lo que sí se puede apreciar sin ninguna duda, es que la jugada sucede justo sobre la línea del área penal, lo que significa una pena máxima en favor de equipo que recibe la falta. ¿Por qué no ordenan que se ejecute el penal, si se dieron cuenta que el árbitro se equivocó? Ya sé la respuesta, no es lo mismo, ni está reglamentado, pero creo que es muy buen ejemplo para demostrar lo absurdo que es decidir en lugar del árbitro, desde la comodidad de su sala de juntas.

El domingo, Nicolás Bertolo de Cruz Azul, hizo todo lo humanamente posible para que Paco Chacón lo expulsara al reclamar una jugada de manera excesiva y grosera, aunque sólo se llevó una amonestación. Minutos más tarde, en una jugada brava dentro del área, Bertolo cae tras disputar el balón con Ponce. La pirueta que se tira en el aire para caer fulminado, de primera intención, sí parecía simulación. Una vez que aparecen las repeticiones, además de la maniobra circense del argentino, se aprecia un pisotón muy fuerte sobre el tobillo del rojiblanco.

Como es costumbre mía al ver futbol, trato de fijar mi atención en detalles que me permitan formar mi criterio respecto a una acción, pero nunca vi que Chacón reanudara con el brazo en alto, para señalar tiro libre indirecto (así se reanuda tras una simulación). Por lo menos el de este teclado, se queda con la duda razonable del motivo de la segunda amonestación.

El escueto comunicado de la Comisión Disciplinaria no explica nada. Simplemente dice que fue una decisión manifiestamente errónea de los árbitros y deben anularse los castigos de los jugadores.

En la Final de la Conferencia Nacional del domingo en la NFL, sucede una jugada aparentemente muy clara de un pase incompleto de los Halcones de Atlanta, marcada como completo por los oficiales, que es desafiada por el entrenador de San Francisco. Todos pensábamos que se anularía el pase completo al revisarse la repetición, pero como dice el reglamento, si no existe una evidencia incuestionable que desmienta la decisión primaria, no hay cambio en la “llamada”. Y no lo hubo, ya que los oficiales no pudieron estar 100 por ciento seguros del error en el juicio inicial. Así es como debe de funcionar, especialmente si disponen de días enteros para emitir sus resoluciones, y no sólo de algunos minutos por tener un juego en curso.

Nuevamente son los árbitros apuñalados por la espalda por sus compañeros de la Disciplinaria. Con estas ridículas sanciones de escritorio, lo único que provocan es que a los silbantes no se les respete, ni a ellos mismos en la Comisión, por su desfachatez para hacer y deshacer a su antojo, las sagradas letras de un informe arbitral.

Ni Julia Roberts sentía tanto pavor en Durmiendo con el enemigo, como el que experimentan los del silbato con Rivas y su Pandilla.

martes, 15 de enero de 2013

Siguen pensando que somos idiotas


Apenas la semana anterior, escribí en este espacio que los comunicadores debíamos tener un comportamiento de más respeto hacia nuestra audiencia, ya fuera en la televisora más importante del país, o en un pequeño blog. Los que nos leen o escuchan, merecen que respetemos su inteligencia y el favor de seguirnos, con información veraz, fundamentada y responsable. Pero también las instituciones que emiten comunicados oficiales de su ámbito de acción, tienen esa misma responsabilidad con el público que recibe sus boletines. El manejo que dio la Federación Mexicana de Futbol (FMF) al caso de las pruebas físicas de Marco Rodríguez, fue una lamentable, desvergonzada e insultante falta de respeto a la inteligencia de las personas que seguimos con atención el desarrollo de nuestro futbol mexicano.

Si Marco Rodríguez estaba haciendo una evaluación extraoficial para conocer su estado físico, previo a la prueba real, es absolutamente irrelevante por un montón de motivos. La actividad arbitral ya es considerada como una fuente más de los que cubren la Liga y la Federación. Todo mundo está atento a lo que sucede con los silbantes, que además son juzgados con mucha severidad por los medios de comunicación. En este simple contexto, la presencia del árbitro más polémico de México en la pista esa mañana no está justificada, porque la posibilidad de que algo saliera mal era grande, como al final sucedió.

Para desgracia del gremio, y beneficio de los que seguimos el arbitraje, hay muchas personas dispuestas dentro de la Comisión de Árbitros a compartir información delicada. La manera de obtener información por filtraciones, muchas veces maliciosas, es un arma de doble filo muy peligrosa. Nunca sabemos por qué alguien suelta la sopa; si es sólo por chismoso, por convicción de hacer públicos los malos manejos que sufren, o hasta para ganar posiciones, en detrimento de algún compañero. Bien dice mi compadre David, “haiga sido como haiga sido”, el asunto es que se filtró a la prensa que Marco Rodríguez no había completado la prueba de resistencia y estaría inhabilitado el resto del torneo. Catástrofe de proporciones mundiales, que vía la herramienta más rápida de comunicación de estos días, Twitter, se propagó por todo el mundo en cuestión de minutos.

La Comisión de Arbitraje y la FMF se vieron envueltos en un huracán de rumores, de críticas y de noticias que iban desde lo más sensato hasta lo más ridículo. Como ya lo he escrito antes también en este espacio, los dirigentes del futbol de este país tienen un pavor inmenso a Marco Rodríguez. Ignoramos qué habrá pasado en esas escasas tres horas que transcurrieron entre la filtración de la reprobada de Chiqui, y la publicación del boletín de prensa más ridículo e irrespetuoso que he leído en muchos años. “La preparación de Marco Antonio Rodríguez no fue la misma que el resto de los árbitros que tuvieron en diciembre una pretemporada, debido a que Rodríguez representó a la Concacaf y a la Federación Mexicana de Fútbol en el Mundial de Clubes celebrado en Japón”, se leía en el comunicado oficial de la FMF, con lo que pretendieron justificar que el silbante realizara la prueba “oficial” dos días más tarde.

Entonces aquí comienza el aluvión de preguntas que se quedan en el aire, con esta demostración de impunidad que manifestó la Federación con su comunicado. Si Marco no fue al Mundial de Clubes solo, ¿por qué sus asistentes, Torrentera y Quintero, sí aprobaron sus evaluaciones a la primera oportunidad? ¿Qué estaba haciendo Rodríguez en la pista, si no contarían sus vueltas? ¿Acaso era para ver si pegaba, y con el pretexto del Mundial lo dejaban salirse con la suya? ¿Con qué amenazó el silbante a sus dirigentes si no le reprogramaban su evaluación? ¿Por qué en México les piden 15 vueltas al circuito de las pruebas, si FIFA sólo exige 10? ¿Verdaderamente la Federación Mexicana de Futbol cree que somos tan tontos para no darnos cuenta de sus mentiras viles?

La Jornada 2 la tuvo que ver Marco Rodríguez desde la comodidad de su sillón favorito, ya que no fue tomado en cuenta para dirigir. Ya lo único que nos faltaba era que lo programaran después de tremendo sainete que organizó, pero por lo menos en algo hubo un poco de cordura en la Comisión de Arbitraje.

La reflexión que queda de todo este cochinero, porque no encuentro una palabra más elegante para describirlo, es que Marco Rodríguez es el dueño de la Comisión de Arbitraje, y que la FMF sigue pensando que vivimos en la época feudal y cree que todo lo que dice es ley, pésele a quien le pese, le crean o no. Vaya muestra de prepotencia y desvergüenza de la que hizo gala nuestra querida Federación.

martes, 8 de enero de 2013

El Fair Play del Comunicador


En estas semanas de ausencia de sus pantallas, tuve la oportunidad de terminar la lectura de un libro muy revelador acerca de algunos manejos muy “cuestionables” de la FIFA, la creadora del Fair Play, que deja mucho que desear en sus prácticas al respecto. Con esta nueva información fresca en la memoria, hubo algunos comentarios que escuché en las transmisiones televisivas del inicio del futbol mexicano, que me llevaron a la reflexión de si en el ámbito de la comunicación también practicamos el Juego Limpio. Mi percepción general es que algunos no lo hacemos de la mejor manera.

La labor de un cronista deportivo no es la de cuestionar los señalamientos del árbitro que se hacen en contra del equipo local, el que transmiten; tampoco se trata de alabar de manera burda a una nueva contratación, y casualmente obviar la crítica a este mismo jugador cuando se ve involucrado en la jugada que termina en gol del equipo contrario.

El manejo del contenido de un medio de comunicación, que está directamente ligado a la comercialización de algún producto, en este caso la transmisión de uno o varios equipos de futbol profesional, es muy complejo. Se debe trazar una línea muy clara entre la información imparcial que se transmite del producto, y los intereses comerciales que vinculan al medio con la entidad deportiva.

La promoción de las transmisiones de un determinado equipo se debe realizar en los formatos y momentos comerciales de un medio, pero nunca durante la transmisión misma de un encuentro. Magnificar las virtudes de un equipo o partido durante un promocional previo, es válido y necesario. Más audiencia significa mejores precios que pagarán los patrocinadores, pero una vez comenzado el partido, el espectador merece un respeto de parte de los cronistas y comentaristas. Es lastimoso escuchar que el narrador se queje amargamente de una falta señalada por el árbitro en contra del equipo que se transmite.

Ya más entrados en temas de arbitraje, la proliferación de colegas exárbitros que comentamos la labor de los silbantes, ha provocado que los del silbato se encuentren bajo un escrutinio feroz, muchas veces criticado sin cuartel, pero de igual manera protegido sin muchos fundamentos.

Antes de tirar la primera piedra, me apedreo solo. He de confesar que, como cualquier opinador, tengo mis gustos y preferidos, así como tengo mis blancos predilectos de las críticas más mordaces. Confieso que soy fan de Paco Chacón y de los árbitros de Jalisco. Pero esa tendencia por buscarles más virtudes que defectos, no me ha impedido dedicarles columnas enteras para criticar sus trabajos. Por lo menos eso pienso, y en el historial de estas publicaciones de más de un año a la fecha se pueden encontrar algunos ejemplos.

Durante el partido de este fin de semana entre América y Monterrey, Ricardo Arellano fue objeto de críticas muy severas por la marcación de dos penales, uno por bando, y por el supuesto fuera de juego que invalidaría el primer gol del América. Tuve la fortuna de apreciar una repetición televisiva desde un ángulo que permitía ver el abrazo de Mosqueda a Basanta, así como el vértice de la cancha desde donde se cobra el saque de esquina. Antes de completarse la tacleada del defensor americanista sobre el rayado, el balón es puesto en juego. Con esta toma, que nunca más fue repetida (ignoro si deliberadamente o por simple omisión), me atrevo a decir que la marcación del primer penal es correcta.

Desafortunadamente, parece que el resto de los comentaristas, tanto los expertos arbitrales como los “normales”, no vieron la repetición que menciono y le dieron hasta por debajo de la lengua a Arellano.

Cuando tenemos a disposición una infinidad de repeticiones para emitir un juicio, con amplia ventaja sobre el árbitro que no dispone de ellas, debemos ser muy escrupulosos con nuestros comentarios. Hay ocasiones que una toma televisiva desnuda una mala marcación arbitral, pero hasta en esos casos hay que determinar si el ángulo del que disponemos para ver la jugada, coincide con el del silbante, o incluso si es posible que alguno de los cuatro jueces tendría posibilidad de verlo desde esa misma perspectiva. No se trata de defender, pero sí de ser justos con las herramientas de que disponemos para analizar y las que tiene el árbitro para decidir.

La oportunidad que nos ha dado nuestra formación profesional, más la oportunidad que nos han dado los medios de comunicación que utilizan nuestros “servicios”, nos obliga a practicar una ética informativa de altura. La palabra, escrita o hablada, es un arma muy poderosa que debe ser aplicada con mesura, fundamentos y pruebas.

Es mi propósito de nuevo año, observar las prácticas más estrictas de imparcialidad, buscar la prueba más contundente que soporte mis palabras y fundamentar con argumentos sólidos al emitir una opinión. Me comprometo a practicar el Fair Play de la Comunicación, sin favoritismos exacerbados, ya sea para criticar o para alabar.

miércoles, 2 de enero de 2013

Designaciones Arbitrales J1 Liga mX y Ascenso


DESIGNACIONES LIGA MX Y ASCENSO MX JORNADA 1 CLAUSURA

LIGA MX

Monarcas-Cruz Azul
ERIM RAMÍREZ

América-Monterrey
RICARDO ARELLANO

Pachuca-Atlante
ARTURO RAMOS

Tigres-Jaguares
VÍCTOR BISGUERRA

León-Querétaro
MARCO RODRÍGUEZ

San Luis-Santos
MIGUEL ORTEGA

Pumas-Atlas
ENRIQUE SANTANDER

Puebla-Tijuana
ÓSCAR MACÍAS

Guadalajara-Toluca
FABRICIO MORALES

ASCENSO MX

Lobos-Necaxa
VICENTE BARAJAS

Irapuato-Tecos
YAIR MIRANDA

Altamira-Neza
EDUARDO GALVÁN

Veracruz-Dorados
ARTURO CRUZ

Cruz Azul HGO-UAT
JORGE TONIX

U de G-Pumas Morelos
JORGE DELGADO

La Piedad-Celaya
ROBERTO RÍOS