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lunes, 28 de mayo de 2012

La Mudanza


Dice Lupita D’Alessio en una de las frases más célebres de su canción más ídem: “Hoy voy a cambiar”. Más o menos eso le dijeron a todos los árbitros y asistentes mexicanos de Primera División, con una pequeña variación: “Hoy se tienen que cambiar”. Es correcto, la gran novedad en el concierto de desatinos de la Comisión de Arbitraje, es la obligatoriedad de que los silbantes y sus auxiliares radiquen en la Ciudad de México de ahora en adelante.
Por el ángulo desde donde se le quiera ver, es una terrible decisión.  De entrada, se vuelve a los conceptos más arcaicos y prehistóricos de la política mexicana, ahora aterrizada al deporte. El Centralismo. Ese afán enfermo de querer controlar todo desde la capital del país, mandando un mensaje de que el resto de México es incapaz de hacer las cosas bien.
De entrada, también ya se había hecho público el gran logro que obtuvo Marco Rodríguez al conseguir 10,000 pesotes de sueldo fijo para el selecto grupo de árbitros y asistentes de Primera División. Los honorarios por encuentro dirigido sufrieron un aumento de 10 por ciento, para quedar en 22,000 pesos para el árbitro, por 11,000 de los asistentes y el cuarto. Los equipos ya no harán ese pago en el estadio el día del partido, sino que los jueces lo recibirán directamente de su Comisión. Aquí viene el primer gran punto a considerar.
Esos 22,000 u 11,000 estarán sujetos a la calificación que obtengan en su partido. Podrían ser más, pero también podrían ser menos. De entrada es una verdadera grosería que no haya un pago fijo, total que si lo hacen mal, que los sienten y listo, pero depender el pago de un acierto o error no está bien. El otro gran problema que se va a generar es la corrupción. Las prebendas, los regalos, los favores, y por qué no, hasta las comisiones ($$), van a ser pan de cada día entre los silbantes y sus directivos para que no los perjudiquen con sus evaluaciones.
Entre las prestaciones, van a tener seguro médico, de vida y hasta funerario. Muy bien, pero el tema más delicado que encuentro en todo esto es la ida a vivir a la Ciudad de México.
Para los jueces capitalinos no hay mayor problema. Ya tienen toda su vida hecha allá. Su familia está acomodada, los niños en su escuela de siempre, la esposa tal vez tenga su trabajo, aporte en el hogar, y los familiares y amigos de toda la vida están ahí para ayudarlos. ¿Qué hay de los que van a llegar de Irapuato, Aguascalientes, Monterrey o Guadalajara?
Para empezar, no hay un peso de ayuda para mudanza. Perfecto, te obligo a cambiar de residencia y no te doy ni para llevar tus muebles o pagar el anticipo de un departamentito. Ahora imaginemos la situación de un árbitro de cualquier parte de las mencionadas en el párrafo anterior,  que se tiene que mudar con esposa y dos hijos. Es asistente, le quedan cuatro torneos en activo porque la edad ya lo alcanzó. En su ciudad de origen deja su casa que acaba de terminar de pagar, su esposa renuncia a un trabajo en el que tiene más de 10 años, y a los niños en primaria, los tiene que llevar a una ciudad inmensa, lejana y atemorizante.
Si las cosas le salen bien a este personaje, tendrá 11 actuaciones a lo largo del campeonato regular, más cuartos de final y semifinal por su experiencia y capacidad. Según el tabulador actual, en el semestre recibirá 60,000 pesos de salario base, más un aproximado de 150,000 pesos en honorarios. Ahora dividamos 210,000 entre seis meses y obtenemos un ingreso digno de 35,000 pesos mensuales. Bien.
El costo de la vida en la Ciudad de México es más alto que en el resto de las ciudades, incluso Monterrey. En un ejercicio breve, analicé qué se puede rentar con 6,000 pesos al mes en el DF. A lo mejor que llegué fue a un departamentito de 65 metros cuadrados, dos recámaras, dos baños, sala-comedor, cocina y patio, en la Delegación Coyoacán. ¿Tres recámaras en La Condesa? No menos de 15,000. A esto hay que sumar servicios, colegiaturas, alimento de la familia, transporte y el ingreso suspendido de la esposa. El coche va a gastar más combustible, va a requerir más mantenimiento y verificaciones cada seis meses para circular. Un estimado bastante conservador me dice que los gastos fijos no van a ser menores de 18,000 pesos. La mitad del ingreso ideal. Padrísimo. Pero qué creen, nuestro personaje se lesionó en la jornada 3 y no saldrá en el resto del torneo. Ingresos: 82,000 pesos en seis meses. Egresos: 108,000 pesos. Balance: 26,000 pesos en rojo.
Asumamos que la mayoría de los jueces que se tienen que mudar hace el mismo cálculo y decide mejor irse solo, compartir la renta con otros dos compañeros e irse al depa de La Condesa a pagar 5,000 pesos y “rolarse” un auto. El resto de la familia se queda en su ciudad de origen y lo demás nos lo podemos imaginar. Desintegración familiar, carencias afectivas y materiales, celos y muchas cosas más.
Seguro habrá quien diga que es el precio a pagar, que la profesión así es, que al que no le guste se vaya, etcétera, etcétera. Quieren jueces que dirijan el negocio más lucrativo del país en materia de entretenimiento, que genera millones de dólares en ingresos, pagándoles una bicoca de 10,000 pesos, sin mayores garantías, y un sistema feudal de pago por rendimiento que fomentará la corrupción. ¡Vaya manera de empezar con su Liga Premier señores! Los colegas ingleses se destornillan de la risa, con sus 24,000 EUROS mensuales. Eso, señores, es una Liga Premier.

lunes, 21 de mayo de 2012

No influyeron, pero tampoco brillaron


La profecía se cumplió. Mauricio Morales y Roberto García dirigieron los dos juegos de Final entre Rayados y Santos, lo que ya a nadie le pudo haber sorprendido porque muchos lo adelantamos desde antes de iniciar la Liguilla. Y desafortunadamente también adelantamos que poner por dedazo desde antes a los silbantes no era buen augurio, lo que también se cumplió, aunque por fortuna no determinó al campeón.
El trabajo de Mauricio Morales tuvo un tremendo tache, al invalidar un gol de Santos legítimo por “amontonamiento” en el área rayada tras un saque de esquina. Colmillada grosera del festejado en su gira del adiós.
También fue notorio su localismo, al amonestar a seis laguneros, por ningún local. Maniatar a los jugadores con tarjetas baratas es una manera de influir en un juego, no es necesario marcar penales inexistentes o expulsar jugadores por nimiedades. El penal con el que empata Monterrey es correctamente señalado.
Roberto García hizo un trabajo con menos de qué hablar en términos de jugadas notorias, aunque sí tuvo errores considerados normales de apreciación.
Lo que es totalmente reprochable para cualquier árbitro, de cualquier categoría, es lo que sucedió entre el silbante y Suazo en el primer tiempo. Después de una jugada que parecía falta sobre Reyna, se gestó un ataque lagunero que por poco termina en gol. Una vez terminada la jugada, Suazo reclama exageradamente a García y se gana una amarilla inobjetable, PERO no se vale que el árbitro se enoje y reaccione con rabia al sacar la tarjeta del bolsillo de la camiseta, y en el movimiento brusco, golpee con el codo en el rostro al jugador.
Honestamente no creo que el carácter accidental del hecho, porque no fue deliberado el golpe, lo suavice en la crítica. Es indigno que un árbitro pierda la cabeza, y por más autoridad que quiera mostrar, el contacto es totalmente reprochable.
Al final, las decisiones arbitrales no influyen en el resultado final, que es el título de Santos. Queda manchada (¿Más?) la historia de la actual Comisión de Arbitraje por la manera tan burda, grosera y antideportiva de tener arreglado todo desde antes. Como se mencionó en la anterior entrega, todo se les acomodó con suerte, pero como antes a Marco Rodríguez le han dado finales sin merecerlas en la cancha, la del domingo era para él por su actuación en la Liguilla, y la del jueves para García Orozco.

Colofón
Qué agradable y justa sorpresa la designación de los tapatíos Jesús Sevilla y Erim Ramírez en la Final de vuelta. El asistente y el árbitro (que esta vez fue cuarto) tuvieron un gran torneo y recibieron su merecido premio. Señores de la Comisión, ¿verdad que sí se puede ser justos?

martes, 15 de mayo de 2012

Hasta con suerte


Transcurrieron las semifinales del Clausura 2012 sin demasiados contratiempos arbitrales, salvo las complicadas acciones que le tocaron a Francisco Chacón en la ida de la serie entre Tigres y Santos, especialmente la patada de Hugo Palos a Oribe Peralta, la cual incluso fue protestada por Santos ante la Disciplinaria. Evidentemente no les hicieron caso y desestimaron la queja los dirigidos por Sabater.

La treta para ir colocando a Mauricio Morales y Roberto García Orozco en la serie final le está resultando mejor de lo planeado a las huestes de Padilla y su pandilla. El único verdadero rival que quedaba en la lucha por la designación de la serie por el título era Francisco Chacón, que con la "polémica" de su juego en el Universitario de Nuevo León le dio las armas necesarias a la Comisión para justificar la presencia de Morales y García en la "grande".

Marco Rodríguez no estaba considerado para repetir en alguno de dos juegos finales por la cuenta pendiente que arrastra de hace seis meses. Y con la presencia de Santos en esta instancia, cerrando en casa, y después del recibimiento que tuvo en Torreón por la afición lagunera de amplia memoria, su presencia es políticamente incorrecta. A pesar de haber realizado un gran encuentro en el TSM, Rodríguez pagará el complemento de su condena que se ganó en la última Final. Esta Comisión no se ha caracterizado por ser leal ni justa, mucho menos piadosa, así que los desplantes de Marco le cobrarán factura nuevamente.

Morales y García, por su cuenta, hicieron lo necesario para darle motivos a sus patrones de proseguir con el plan macabro de tenerlos designados desde el principio de la Liguilla. Mauricio y Roberto solventaron con buenos trabajos sus encomiendas en la instancia semifinal, que seguramente fue lo que les pidieron en las oficinas de Aarón: "no hagan nada raro en sus partidos y la final es suya".

Con este asunto debidamente solucionado, queda la lucha por las bandas. Los internacionales de confianza son Torrentera, Camargo (con todo y su falla al invalidar un gol de Monterrey el sábado), Morín, Rangel y Quintero. Lo más seguro es que entre ellos salgan los cuatro seleccionados, pero en la cancha, con sus actuaciones a lo largo del torneo regular y la Liguilla, la justicia le debería dar un premio a Víctor Barreto. Novato de apenas dos torneos completos en la Primera División, el tapatío se ha ganado su lugar en una banda; habrá que ver si la Comisión nos sorprende con un golpe de humildad, o si se manifiesta como hasta ahora, yendo por sus preferidos, sin importar los merecimientos de los demás. Los cuartos serán Rodríguez y Chacón sin duda, así que en teoría ya están listos los ocho jueces que juzgarán los 180 minutos del torneo.

No fue la Final soñada entre los dos equipos de Monterrey, pero sí será la Final del 1 contra el 2, como hace mucho tiempo no se daba. Lástima que en el tema arbitral no estén los dos mejores. Como siempre, el arbitraje se rige con otras costumbres, distintas a las de la justicia deportiva. 

lunes, 7 de mayo de 2012

Sus payasos


De eso nos ha tomado la Comisión de Arbitraje a los aficionados, medios y equipos de futbol; de sus payasos. La palabra correcta es otra, pero me parece impropio escribirla por respeto a los lectores, ese mismo respeto que Padilla, Mancilla y su pandilla no nos tienen.
Durante todo el torneo favorecieron en las designaciones a dos personajes en particular. Uno con cierta explicación por su trayectoria y el momento que vive, previo a su retiro, que fue Mauricio Morales. El otro, una aberración de Carlos González, que en complicidad con el resto de los miembros de la Comisión, recibió un trato que ni el mejor árbitro de México, y éste es nada menos que el Señor Tenebroso, Anthony Voldemort Zanjuampa.
De Morales habrá que decir que tuvo actividad en todas las jornadas del Clausura 2012, con 14 juegos arbitrados y tres como cuarto. Su rendimiento fue muy irregular, ya que así como hizo buenos trabajos en partidos difíciles, como el Clásico Tapatío, también entregó verdaderos desastres, como el América vs Cruz Azul de la última fecha. Su destino está escrito, con el último capítulo en la Final de este torneo, seguramente en el juego de ida. El gran problema es que dirigió en Morelia el partido de vuelta entre los locales y los Tigres, donde nuevamente hizo de las suyas. Le hizo falta un poquito de gracia, para sancionar un penal contra Monarcas en el primer tiempo y con el marcador empatado aún a cero goles; aunque sí marcó otro al final, igualitito al que se guardó en la bolsa antes, cuando el partido ya estaba definido. Así qué fácil, no te van a reclamar nada con un marcador global de 5-1, ¿verdad Mauricio?
El caso de Voldemort es todavía más grave. Mauricio Morales ha demostrado que es un árbitro capaz, con sus vicios, errores, poses y características únicas, pero árbitro hecho y derecho al fin; Zanjuampa no es nada de eso. No conoce de técnica arbitral, califica las acciones como si nunca hubiera visto un partido de futbol, carece de toda confianza en sí mismo, es altanero, arrogante y varias cosas más, en fin, simplemente incapaz de ejercer la profesión, porque no tiene lo que se necesita, ni lo tendrá nunca. Por esto es ya una majadería mayúscula que de 19 jornadas que se han disputado en el Clausura 2012 (incluyendo los cuartos de final), haya sido designado en TODAS, con ocho actuaciones como central y 11 de cuarto.
Recuerdo las palabras de un amigo y colega, exárbitro de Primera División, y ahora también colega en los medios de comunicación, que cada que le enviaba el enlace de este espacio, me decía algo así como “no seas terco, ya no critiques y cuestiones, no te vas a ganar nada”. Aprecio el consejo, en verdad hay ocasiones que quisiera dejar todo esto y tratar de disfrutar el futbol sin pensar tanto en lo demás, pero es tanto lo que quiero al arbitraje, pero más lo que me quiero a mí mismo, que no puedo simplemente tolerar que una banda de pillos se burle de todos los que nos gusta el futbol con decisiones tan aberrantes como los beneficios que le dan a los árbitros consentidos, sin importarles su capacidad, y sin yo hacer nada al respecto.
Dicen que vienen cambios significativos en el gremio arbitral, de la mano de la nueva Liga. Si estos cambios los va a implementar Mancilla, mejor díganos ya en la cara que les gusta burlarse de nosotros y listo, por lo menos ya lo sabremos de manera oficial, y los podremos criticar en consecuencia. Pero pase lo que pase, vengan nuevos o se queden los mismos, la labor de los que comunicamos acerca del oficio más vilipendiado del futbol tiene seguirá, tendremos que mantenernos en la línea de fuego, señalando lo malo, exigiendo respuestas (que nunca llegarán), pero sin bajar los brazos.
Vienen las semifinales y seguramente habrá más Mauricio Morales en las boletas, en detrimento de Erim Ramírez, por ejemplo, que en la cancha, a lo largo del torneo y en el partido que dirigió en la ida de los cuartos de final, se ganó un sitio en los últimos cuatro. Lástima Erim, tienes dos opciones, o te compras tu cajoncito para bolearle los zapatos a todos los cuatreros de la Comisión, o te resignas a ver pasar las injusticas una y otra vez frente a tus ojos. Ojalá me equivoque, pero la experiencia me dice que no será.
Colofón 1
No quiero ni pensar qué sucederá si Voldemort aparece designado como cuarto árbitro en algún juego semifinal. De verdad no quiero, ya no me hagan pensar…
Colofón 2
Va una teoría que podría significar una oportunidad para Erim Ramírez. Roberto García podría pasar de largo las semifinales para instalarse de una vez en la Gran Final, y así abrir un hueco que podría llenar el árbitro tapatío. Los otros tres que actuarán son Francisco Chacón, Marco Rodríguez y Mauricio Morales (aunque no se lo merezca).