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lunes, 27 de febrero de 2012

Una de árbitros con pantalones

Trascendió que la semana anterior, un grupo de árbitros mexicanos con gafete FIFA, acudió a las oficinas de la Federación Mexicana de Futbol para solicitar que el castigo a Daniel Guerrero, capitán del Atlante, se incrementará de los cuatro que recibió a ocho, tras golpear con el codo a José Luis Camargo. Los asistentes fueron el propio Camargo, el árbitro de aquel juego, Roberto García, y como hombre “fuerte”, Marco Rodríguez. Así como llegaron se fueron, porque Decio de María, una vez más, los puso en su lugar, les recordó su posición en la cadena alimenticia y sofocó el intento de “rebelión” en cuestión de minutos.
Si tuvieron o no razón en solicitar la revisión del dictamen de la Comisión Disciplinaria, es otro asunto, pero lo que falló rotundamente fue la poca fuerza y credibilidad con que manejaron su querella. Este hecho me inspira a contarles un caso real del Colegio de Árbitros de Colima, del cual formé parte como silbante e instructor, allá por los años de 2006 y 2007.
La liga de mayor prestigio y trascendencia a la que prestábamos servicio, era la Primera División Amateur de la Asociación Estatal de Futbol. Era una liga razonablemente bien organizada, con un nivel de futbol alto, ya que no faltaban los exprofesionales que cobraban por jugar, los famosos mercenarios. Esta liga tenía un serio problema, que a la fecha persiste, y es la radicalización de los seguidores de los equipos. Las porras son muy violentas en la mayoría de los conjuntos, lo que significaba un riesgo alto para los silbantes, que no disponían de muchas garantías de seguridad para realizar su trabajo.
En una ocasión, en el poblado de Tonila, que aunque se ubica en el estado de Jalisco, por su cercanía participaba en la liga colimense, al árbitro Gustavo Ramírez lo amagaron con una pistola al final del encuentro. Aparentemente sus decisiones habían perjudicado al equipo local, y como era costumbre en ese lugar, la violencia se generó en torno a él.
Ese domingo en la sede del Colegio, donde nos reuníamos para entregar informes de los partidos y cobrar nuestros honorarios, el único tema de conversación era la amenaza a Gustavo en Tonila. Todos los presentes apoyamos al compañero y se decidió que había que hacer un frente común para resolver este problema en particular. El siguiente paso era definir la postura del Colegio ante el hecho y presentarla a la Liga en la próxima sesión.
Al martes siguiente, una comitiva oficial del Colegio, comandada por el Presidente, los Delegados y el árbitro en cuestión, se presentó ante la Liga para hacer su pronunciamiento. Ningún árbitro del Colegio se presentaría en el poblado de Tonila a dirigir ningún partido de ese equipo, ya fuera de la Primera Amateur o de los infantiles más pequeños, mientras el Delegado del equipo en cuestión no firmara una carta compromiso de seguridad, y comprobara que la podría llevar al cabo. La petición incluía un lugar preferencial y resguardado por policía local para el árbitro, escolta para salir del poblado y alrededor de otros ocho puntos, aunque los más relevantes eran los primeros que se describen.
Adicional a este punto, con los estatutos de la Liga como aval, se solicitó un veto de cancha extraordinario, de no menos de seis encuentros. También se utilizó a la prensa para hacer públicos los hechos sucedidos, lo que generó mayor fuerza a los reclamos de los silbantes.
Es necesario aclarar que los alrededor de 35 árbitros integrantes del Colegio apoyamos la postura de nuestros dirigentes, con el riesgo de perder el servicio de la Liga, que además de ser la más prestigiosa, obviamente era la que mayores honorarios pagaba. Para árbitros del sector aficionado, que en la mayoría de los casos sustentan sus ingresos familiares en esta actividad, era una apuesta riesgosa, pero la unión en torno al compañero y la necesidad de manifestar de manera vehemente una mejora en la seguridad personal de cada persona, pudieron más que los pesos que dejarían de ganar en esa liga.
Al final, la Liga impuso un veto de seis partidos a TODOS los equipos de Tonila, desde las infantiles hasta la estelar Primera División Amateur. Del pliego petitorio se cumplieron la mayoría de los puntos, especialmente los concernientes a la protección del árbitro en los juegos de la categoría principal, y pasado el veto, se reanudó el servicio arbitral al poblado de Tonila.
Para el Colegio fue un triunfo muy importante. La unión de todos sus integrantes, una dirigencia comprometida y una estrategia de acción inmediata, fueron las claves del éxito. En otros ámbitos de la vida cotidiana del Colegio seguía habiendo discrepancias entre los miembros, pero se demostró que en una causa justa, en beneficio de todos, luchar juntos era la mejor opción. Y lo fue.
Esto es sólo una pequeña muestra de que cuando existe una causa justa, la determinación y la unión entre las personas que lucharán por ella, es la manera más viable de conseguir el objetivo. Si en un universo de 20 personas (los árbitros y asistentes FIFA), de 60 aproximadamente (todos los árbitros de Primera División), o de 600 (la totalidad de los árbitros de futbol profesional en México), las batallas las libran individualmente o en pequeños grupos, en pro de causas que no benefician a la colectividad o utilizando estrategias erróneas, nunca se hará valer su peso u opinión. La próxima vez que un silbante mexicano se sienta desprotegido, ofendido o injustamente acusado, TODOS le tienen que entrar, o mejor no hacer nada y seguir como están.

Colofón
Me encontré a unos buenos amigos árbitros hace unos días y me dijeron que de vez en cuando escribiera de las cosas buenas que hacen en las canchas cada jornada, así sea sólo uno o dos partidos de los nueve de la semana. Créanme que lo intenté, pero no hubo ningún trabajo arbitral que mereciera una buena opinión. A ver si para la siguiente…
TA S

lunes, 20 de febrero de 2012

El partido no termina con el silbatazo

Puede parecer un desliz grave afirmar lo que escribo en el título de este texto, pero es verdad, un partido de futbol no se compone únicamente de los 90 minutos de juego, sino que está dividido en antes, durante y después del mismo.
Antes, el equipo arbitral debe cumplir con una serie de procedimientos administrativos y reglamentarios. Durante, significa todo lo que suceda dentro del campo, desde el minuto 1 hasta el 90, incluyendo el medio tiempo. Y después, evidentemente, se refiere a los sucesos que transcurren desde el silbatazo final, hasta que el equipo arbitral se retira de manera segura del estadio, con una escala muy importante: la redacción y entrega del informe arbitral, o cédula, como se le conoce coloquialmente.
Los momentos antes y después de un juego son igual de importantes que el partido mismo. Un gran arbitraje se puede ir a la basura por una mala redacción del informe, o por permitir anomalías en los uniformes de alguno de los equipos. Esta semana en el futbol mexicano se presentó un caso más de un informe arbitral terriblemente mal redactado, que ha puesto en ridículo a los árbitros del partido, especialmente a José Luis Camargo, que una vez más es protagonista de un escándalo.
La Comisión Disciplinaria informó la tarde del lunes del castigo que mereció Daniel Guerrero, capitán del Atlante, por los hechos suscitados al final del partido entre su equipo y los Estudiantes, en la cancha del 3 de marzo. Según el informe entregado por Roberto García Orozco, responsable del equipo arbitral, sucedió lo siguiente: “Al finalizar el partido, el jugador Guerrero José No 17 del equipo Atlante, se acerca hacia el  equipo arbitral para retirar a sus compañeros, gira y con el brazo derecho, golpea con el codo en el pecho con el uso de fuerza excesiva a  mi árbitro asistente No 1 Camargo José”.  A simple vista se lee que Guerrero agredió a Camargo. El reglamento es claro, así que la pena debería haber sido de un año de suspensión, pero únicamente fue de cuatro partidos. La Disciplinaria lo publica con la aclaración de que se apegó a los artículos 27 y 5 del Reglamento de Sanciones, que transcribo:
Artículo 27.- Incurren en falta los Jugadores que:
a) En cualquier forma intenten agredir al Cuerpo Arbitral o al Comisario del Partido. Los Jugadores que cometan esta falta se harán acreedores a una suspensión de 2 a 8 partidos y una multa desde 150 y hasta 450 días de salario mínimo.
Artículo 5.- Intento de agresión: es el embestir, empujar, dar jalones, usar el balón o cualquier otro objeto con intenciones de golpear, o bien, cualquier contacto físico con ánimo de burla o animadversión.
Aquí es donde se pone confuso el asunto. Si, como dice el informe arbitral, Guerrero utilizó fuerza excesiva, quiere decir que fue un golpe directo y alevoso, digo, está complicado tener un contacto físico con ánimo de burla o animadversión que además ponga en riesgo la integridad de quien lo sufre. ¿Entonces fue agresión o intento de agresión?
La imagen de televisión es muy clara y muestra, por lo menos en mi opinión, que fue un contacto intencional. Si bien no le iba a causar ningún daño al delicado de Camargo, sí tenía, por lo menos, el ánimo de provocar un contacto hostil, que podría ser una interpretación de animadversión (lo que sigo sin entender es qué reclamaban los atlantistas, pero eso no es relevante).
Lo que se interpreta del castigo impuesto a Guerrero, es que la Comisión Disciplinaria desestimó el término de golpear con el codo con fuerza excesiva, y determinó hacer una campechanada del artículo 27 y decidir que cuatro juegos eran suficientes. ¿Por qué no sólo dos, o la pena máxima de ocho? Nunca lo sabremos, a lo mucho aspiramos a que declare Sabater que tras revisar el video, a esa conclusión llegaron porque “por la posición de ambos actores del hecho, la dinámica corporal y el tumulto, no está claro que la intencionalidad sea manifiesta de provocar daño”, o alguna serie de pretextos similares.
Así que regresando al tema principal de una buena redacción, este lamentable hecho nos muestra que el informe arbitral del partido en cuestión no cumple con su labor de relatar los hechos del juego. Guerrero sabía donde estaba Camargo y acomodó el codo para hacer el contacto; la explicación no pedida de que estaba separando a sus compañeros es irrelevante, y añadir el término de fuerza excesiva implica un juicio de valor hecho por el equipo arbitral, que además es falso, porque el golpe apenas fue superficial. Si acaso hubo algo excesivo, fue el berrinche de Camargo, al que poco le faltó para sacar él mismo la tarjeta roja del short de García para que se la mostrara a Guerrero.
Lo más sencillo, rápido y justo hubiera sido informar tal cual sucedieron los hechos: “Al final del encuentro, el jugador del equipo Atlante, Daniel Guerrero, se acercó a donde se encontraba el equipo arbitral y golpeó con el codo en el pecho al asistente 1, José Luis Camargo”. De esta manera, los árbitros habrían informado de los hechos de manera fiel, sin interpretaciones, y dejado el peso de la sanción en la Disciplinaria, que hubiera determinado, seguramente con el video, qué valor darle al golpe de Guerrero a Camargo.
Los árbitros, el asesor, ambos, o hasta sus dirigentes (tras bambalinas), están tomando la mala costumbre de acomodar las palabras en los informes para tratar de minimizar los castigos en casos tan sensibles como éste, pero ésa no es su función. Los árbitros dan fe de los hechos, como un notario, y la Disciplinaria condena, como un juez civil. Zapatero a tus zapatos; árbitros a sus silbatos.

Colofón
Ya estuvo bueno de Camargo. Podrá ser el mejor asistente técnicamente hablando; podrá ser el morfotipo ideal del juez auxiliar mexicano, pero sus afanes de protagonismo han superado los límites de lo permisible y alguien debe ponerle un alto. ¿Ya se preguntaron por qué fue a él a quien golpeó Guerrero y no al central? Un jugador no se comporta así de la nada, tiene que ser provocado. Se las dejo botando…


TA S

sábado, 18 de febrero de 2012

La máquina del tiempo

Películas se han filmado, cientos de libros se han escrito, científicos de todos los tiempos lo han estudiado, pero nadie, hasta ahora, había logrado retroceder en el tiempo, al mismo momento, a diversas épocas de la historia de la humanidad. Nadie, hasta que llegó Jorge Vergara, comandado por Angélica Fuentes, secundado por la horda de trúhanes que conforman la mentada Junta de Dueños y la Federación Mexicana de Futbol (FMF), que lograron regresar en el tiempo a las épocas autoritarias de la primera mitad del siglo pasado en México, o hasta la penosa Inquisición del medioevo español. ¿Cómo lo lograron? ¿Se merecen el Nobel de todas las Ciencias? No, muy fácil, adoptaron una actitud retrógrada, vergonzosa, precámbrica, al imponer un veto informativo al Diario Récord.
Considero un deber, más allá de que este espacio sea hogar de reflexiones en torno al arbitraje, consignar de cualquier manera que nos sea posible, nuestra opinión, evidentemente de rechazo, ante demostraciones tan burdas de autoritarismo, intolerancia y falta de respeto.
Esta última acción es un síntoma más, agudo sin duda, de la decadencia en la que está sumergido nuestro alicaído futbol nacional. La FMF se ha convertido en tierra de nadie, o mejor dicho, en tierra de las televisoras, que imponen su ley a destajo, sin importar que en el proceso terminen con el espectáculo, la seguridad y la dignidad del gremio futbolístico.
Es indignante, que el promotor de este hecho sea el dueño del equipo más popular de México. Ese equipo que se debe a sus millones de aficionados en el país, aquéllos que tienen que enfrentar la deshonra de ver a su equipo en el último lugar de la tabla general, de donde no saldrán pronto, ni aunque ganen (o hayan ganado) al San Luis esta tarde. Los aficionados al Guadalajara tienen a un dueño más preocupado en destruir las reglas más elementales de la libertad, que en levantar a su equipo que va en un tobogán, derecho al fondo del más ignominioso abismo.
Los cómplices de esta atrocidad, ya sea por convicción, por omisión, por miedo o simplemente por dejarse arrastrar en está vorágine de impunidad, son igual de culpables que el promotor original. Ahora resulta que el primer equipo que respaldó al Guadalajara, al impedir el viernes el acceso a sus instalaciones a los enviados de Récord, fue el América. Las grandes glorias americanistas deben estarse retorciéndose en sus tumbas por esta “solidaridad” manifestada al más acérrimo rival.
Durante la semana anterior, los dueños de los equipos se reunieron para plantear mejoras al futbol mexicano. Al final, se dieron un pequeño plazo de 60 días para volverse a ver las caras y tomar algunas decisiones. Ah, pero cuando se trató de apoyar en un berrinche infantil a uno de los compinches, les tomó apenas 48 horas para ponerse de acuerdo y hacerlo oficial. Qué ridícula manifestación de eficacia; si se trata de hacer algo benéfico (según ellos) por el deporte, les toma 60 días, pero si se trata de destruir, violentar, agredir y vejar a alguien, en este caso un prestigiado medio de información, son más rápidos que los juicios de la Inquisición.
Desafortunadamente para los que amamos el futbol y la comunicación, este viernes 17 de febrero será una fecha marcada. Se recordará como el día que una banda de engreídos, sin un gramo de autoridad moral, se atrevió a imponer un veto informativo a un medio de comunicación. Pero saben qué, dueños de todo, menos de la elemental conciencia democrática, este país está reaccionando a su impunidad y desparpajo para tomar decisiones con el hígado. Los ratings de televisión seguirán bajando, los estadios tendrán más cemento que banderas y la crisis arbitral, de seguridad, operativa, y especialmente, de honradez, terminarán por hundir irremediablemente a esta liga, sin que puedan hacer nada por solucionarlo.

Colofón 
Una muestra más de esta decadencia moral se generó después del partido Cruz Azul vs Jaguares de la fecha 5. Sucede que Armando Archundia, en su calidad de asesor en temas arbitrales de la Máquina, ingresó al vestidor de los silbantes previo al encuentro, para saludarlos. Este hecho llegó a oídos de la Comisión de Arbitraje, que determinó sancionar a los 4 árbitros y al asesor, una fecha por permitir el ingreso de Archundia al camerino. ¡Válgame! Ahora los árbitros necesitarán una lista de las personas autorizadas para saludarlos. Faltaba más…


TA S

lunes, 13 de febrero de 2012

Devolver o no el balón, ésa es la cuestión

El sábado pasado en Pachuca sucedió un acto de justicia deportiva, de ésos que necesitamos para renovar las esperanzas de que podemos tener un mejor futbol en México y el mundo. Les cuento rápido y ofrezco una liga, porque de este hecho se desprende la reflexión que deseo compartir esta ocasión.
Sucede que en el juego entre Pachuca y Estudiantes de la Sub-20, en un balón neutral, el equipo visitante no regresó el esférico a los Tuzos, que lo tenían en su poder tras una detención por lesión. De esta jugada se derivó inmediatamente un tiro penal, que el mismo entrenador de los Estudiantes, Mauricio Gallaga, ordenó a su jugador que lo pateara fuera. El joven obedeció la orden del técnico y el balón regresó al poder de Pachuca. La nota oficial la pueden encontrar aquí http://femexfut.org.mx/portalv2/aspx/WEB_DetalleNoticia.aspx?pnIDNtca=37180 para conocer todos los detalles.
Esta jugada sucedió en los últimos minutos del juego. El potencial tanto hubiese sido el 3-1 en contra de Estudiantes, por lo que para efectos del resultado final no habría mayores consecuencias, pero lo realmente valioso fue el momento de formación que recibieron los jugadores de ambos equipos. Nunca sabremos si Gallaga hubiera tomado la misma postura si el penal significara el empate o el triunfo, así que especular sobre esto no tiene mucho sentido.
Ahora, qué dice la parte reglamentaria en casos de que un balón neutral (bote para ser más claros), no sea “regresado” al equipo que lo tenía en su control antes de la detención. NO dice nada. Se ha convertido en una especie de regla implícita, que cuando el juego se detiene por cualquier causa, y el balón está en poder de un equipo, o es lanzado fuera del campo para que el árbitro interrumpa y permita la atención de un jugador lesionado, por ejemplo, el esférico sea regresado al equipo que lo tenía originalmente. Pero no es obligatorio ni punible. Lo segundo lo remarco, porque la nota de la FMF dice que el delantero de Estudiantes fue amonestado por burlarse de los adversarios. Si la burla fue explícita y notoria, procede como provocación, pero si el árbitro interpreta como una burla que haya tomado el balón libre y lo jugara contra la portería de Pachuca, es un error grave.
En esta ocasión el ejemplo es muy claro y de mucho valor moral y deportivo, pero qué tal cuando después de un balón neutral, el jugador del Equipo A lanza el balón a saque de banda a un metro del banderín de esquina, junto a la portería que defiende el Equipo B. Eso no es deportivo ni honorable, mucho menos cuando aprovechan los delanteros del Equipo A para hacer el pressing y obligan al defensor rival a lanzar un pelotazo y perder nuevamente el balón. Pero nuevamente el árbitro no tiene un fundamento reglamentario para enviar el balón de regreso al Equipo B, ni para sancionar técnica ni disciplinariamente a quien “devolvió” el balón de manera poco deportiva.
Si es verdad que el del silbato no puede hacer nada en ese momento, los jueces que tienen bien arraigado el sentido de la deportividad, disponen de los recursos arbitrales y el carácter necesario, no olvidan el hecho, y de una manera u otra, se lo harán pagar a quien defraudó el espíritu del juego. Ya sea no marcándole el siguiente saque de esquina a su favor, permitiendo que le den una pequeña “ablandadita” o señalándole en contra un par de faltas insignificantes. Nada que ponga en riesgo el desarrollo del juego ni el resultado, pero lo suficiente para hacer notar al jugador “culpable”, que su deslealtad no pasó desapercibida.
Sabemos que es muy complicado ver actos de Fair Play como éste cuando el resultado está en juego, lo acabamos de ver con Emmanuel Villa hace dos jornadas. Sin embargo, en esos momentos en que regresarle el balón al adversario, en condiciones favorables para su control, no significa ningún peligro inminente, no cuesta nada patearlo directo a las manos del arquero rival y dejar que el juego prosiga.
Estos detalles, que pueden parecer insignificantes, la mayoría de las veces aportan para que un partido se mantenga en niveles aceptables de disputa, y no en una cacería de piernas, simplemente porque un jugador malinterpretó la caballerosidad con la alevosía.

Colofón 1
Si cambiamos en el párrafo de lanzar el balón pegado al banderín de la esquina al Equipo A por el Manchester United, y le ponemos Javier Hernández al jugador que lo hace, sabremos por qué el Chicharito se ha llevado ya varios reclamos y una que otra “caricia” por estos actos, que en Inglaterra especialmente, son muy mal vistos. ¡No enseñemos el cobre en los pastos sagrados de la Premier, paisano!


TA S 

viernes, 10 de febrero de 2012

Injusticia para Larrionda y Archundia

Si existe una organización futbolística más compleja, desconocida y errante que la Comisión de Arbitraje de México, ésa es la Federación Internacional de Historia y Estadística (IFFHS por sus siglas originales).
Esta semana, la IFFHS emitió un boletín con la lista de los mejores árbitros del mundo en lo que va del Siglo XXI. La metodología para colocarlos ahí es razonablemente sencilla y justa. Se toman las primeras 20 posiciones del ranking anual del mejor árbitro del mundo en los últimos 10 años, y se otorgan puntos a los silbantes que aparecen en la lista, a razón de 20 puntos para el primer lugar, 19 al segundo, y así sucesivamente. Esta parte está fácil, la bronca viene cuando buscamos los parámetros para determinar a los mejores árbitros de cada año. ¿Quién vota? ¿Quién elige a los que votan? ¿Cómo es que alguien puede ser votado? En fin, preguntas que difícilmente tendrán una respuesta clara.
El Top Ten de esta lista es el siguiente, más Armando Archundia, en el lugar 22:

1.-  Markus Merk                    Alemania          135 puntos
2.- Jorge Luis Larrionda          Uruguay           108 puntos
3.- Óscar Julián Ruiz                Colombia         104 puntos
4.- Frank De Bleeckere           Bélgica             98 puntos
5.- Massimo Busacca              Suiza                96 puntos
6.- Lubos Michel                     Eslovaquia       96 puntos
7.- Pierluigi Collina                   Italia                 94 puntos
8.- Roberto Rosetti                  Italia                 91 puntos
9.- Kim Milton Nielsen            Dinamarca       84 puntos
10.- Howard Melton Webb     Inglaterra         80 puntos
22.- Armando Archundia         México            44 puntos

La primera gran sorpresa es encontrar a Óscar Ruiz en el podio. Sí fue un gran árbitro, sí participó en mundiales mayores y de límite de edad, sí arbitró eliminatorias y Libertadores, pero me parece que su carrera no tuvo momentos excepcionales que lo catapultaran al lugar que ocupa.
La ausencia de Armando Archundia, el hombre récord, el primero en arbitrar 5 partidos en un solo Mundial (empatado con Larrionda (URU) y Elizondo (ARG) en Alemania 2006), el que más juegos de Mundial ha dirigido, con finales de Mundial de Clubes, eliminatorias, Copa América, Copa de Oro, mundiales de límite de edad y lo que le queremos añadir, se quedó lejos de este selecto grupo de 10, por razones que me parecen totalmente injustas, especialmente si encontramos en esta lista al colombiano y al danés Nielsen, que tampoco tuvo una carrera merecedora de esta distinción.
En la misma posición de Archundia está Horacio Elizondo, que dirigió la inauguración y la final de Alemania 2006 de manera magistral, y se encuentra relegado al lugar 16 de este ranking.
El caso de Jorge Larrionda me parece es el que tiene más elementos para debatirse, pero sería para colocarlo como el MEJOR silbante de este siglo. El uruguayo ha marcado época en las canchas sudamericanas y del mundo. Está hecho de otro material, tanto humano como arbitral, y sólo un pequeño accidente de juego lo dejó fuera de la gloria en Sudáfrica, a donde llegó como la más grande figura a seguir del arbitraje en ese Mundial.
Como en todas las listas que se publiquen de lo mejor, habrá debates, discusiones, discrepancias y hasta pleitos. Para muchos, Collina debería ser el mejor, pero se retiró en 2002; para otros, Bussacca podría ser, pero no brilló en Mundiales, sólo en Champions League y Euro; el mismo caso del primer lugar Merk, es por eso que Larrionda debería ser el distinguido, pues ha brillado en Mundial, Libertadores, Copa América y cuanto torneo internacional ha dirigido.
Dos árbitros americanos en una lista que completan ocho europeos nos debería dejar claro cómo y dónde se vota. Si hubiera mayor equidad de nacionalidades entre los “votantes”, Archundia y Elizondo estarían entre los 10 primeros; Nielsen y Ruiz fuera de esta lista, y Larrionda hasta arriba.

Colofón
¿Les cuento en qué país está la sede de la IFFHS? En Alemania. ¿Y se acuerdan de qué nacionalidad es el primer lugar de esta lista? Se las dejo botando en el área chica…

TA S

lunes, 6 de febrero de 2012

Es tiempo de propuestas

Después de una de las semanas más complejas para el arbitraje mexicano en los últimos tiempos, con la falla monumental de Fernando Guerrero en el gol de Emmanuel Villa, y el consiguiente debate de si debería o no ser suspendido el jugador, la Jornada 5 del torneo local nos otorgó un respiro para dejar en paz a los árbitros y sus dirigentes, y reflexionar acerca de unas propuestas que podrían ayudar al desarrollo del arbitraje mexicano.
Una de las reflexiones que propongo surge de que seguí muy atentamente el debate televisivo que se transmitió por ESPN la semana anterior, con la presencia de José Antonio Garza y Ochoa y Hugo León Guajardo, como invitados de José Ramón Fernández, Carlos Albert y Felipe Ramos Rizo. El primero, árbitro reconocido internacionalmente y posteriormente Presidente de la Comisión de Arbitraje; el segundo, igualmente juez de categoría internacional y recientemente obligado al retiro por la actual dirigencia.
Como tema central se trató la autonomía que debería tener la Comisión, en lugar de la subordinación grosera hacia los clubes y la Federación, y como tema secundario, pero de gran importancia, la necesidad de agrupar a los silbantes en una asociación (autónoma también por supuesto) que vele por sus intereses y los proteja de las malas decisiones de sus directivos. Este último tema fue el motivo, según dice él mismo, que provocó el retiro de Hugo León, al ser el líder de una propuesta de agrupación referil.
La tan citada autonomía es un tema básico. Recuerdo que en mis inicios como árbitro aficionado, pertenecía al Colegio de Árbitros de Jalisco. Organización de mucho prestigio en el estado, prestaba el servicio de arbitraje a las ligas más importantes de Guadalajara y de Jalisco. Había ligas foráneas de gran nivel, así como todas las categorías de la Asociación de Futbol de Jalisco.
El asunto funcionaba de una manera muy sencilla. El Colegio ofrecía sus servicios a las diferentes ligas; las que decidían contratarlo, enviaban sus roles de juegos y esperaban a los silbantes que el Colegio designaba por medio de un pequeño Consejo que evaluaba los partidos y a los posibles árbitros. Los jueces regularmente cobraban en cancha únicamente los costos de viáticos al equipo local, mientras que la liga se encargaba de hacer llegar un cheque semanal al Colegio con los honorarios de cada partido disputado. Ningún presidente de liga o asociación tenía injerencia en las designaciones o métodos de administración e instrucción del Colegio. Incluso teníamos charlas periódicas con grandes instructores, como el Profesor Manuel Castillo, gran formador de árbitros en Jalisco desde hace más de tres décadas.
No teníamos ordenadores, ni recibíamos al presidente de la liga para que nos llamara la atención después de una mala actuación. El Presidente del Colegio era un árbitro en activo, que era elegido mediante elecciones generales, regidas por un estatuto muy claro. Si alguna liga decidía que el nivel de los árbitros no era satisfactorio, tenía la opción de cambiar a otra agrupación, siempre y cuando no hubiera un contrato de por medio que lo impidiera de manera unilateral.
La Comisión de Arbitraje como se conoce debería desaparecer. Volver a los inicios. Crear un Colegio de Árbitros Nacional, con delegaciones estatales. Es un formato similar al actual, pero totalmente separado de la Federación. Con capacidad de comercializar sus propios patrocinios; constituirse como Asociación Civil y recibir donativos con estímulos fiscales. Si ese organismo determinara utilizar un ordenador, ya sería decisión propia, peor no de los dueños de los equipos. El formato de pago de honorarios debería cambiar de igual manera. Como sucede en cualquier liga, los organizadores cobrarían una cuota a los equipos, que incluya administración y arbitraje, y entonces enviar el pago por todos los juegos al Colegio de Árbitros cada semana. Los equipos locales estarían obligados únicamente a cubrir los viáticos de los silbantes.
Y de la misma manera que se reorganizaría la Comisión, los árbitros deberían formar su asociación independiente, que velara por sus intereses, que formara parte de una comisión revisora de honorarios, que propusiera mejoras y que también hiciera sus esfuerzos por encontrar recursos y contratar profesionales que fortalecieran su instrucción integral.
Para cerrar con esta serie de propuestas, está el tema de la presidencia y la jefatura del área técnica. Estoy totalmente de acuerdo en que el presidente puede no haber sido árbitro, hay casos muy exitosos, como el de Javier Arriaga (Nacional) y el de Jorge Salles Cuervo (Jalisco). Ambos personajes no dirigieron partidos de futbol, pero conocían el medio, les apasionaba el arbitraje, y se rodeaban de las personas mejor capacitadas para hacer sus labores de manera adecuada. El brazo derecho de Salles Cuervo en Jalisco fue por muchos años Arturo Yamasaki, nada más.
Y respecto al área técnica, en ese punto hay mucho que mejorar. Ahí sí es forzoso contar con una figura del arbitraje en retiro. Y si se trata de capacitar árbitros centrales, el jefe debe ser un central; si se trata de capacitar asistentes, obvio, un asistente. Esta Comisión tuvo ambos, pero las luchas de poder, los compadrazgos, el cuidado de la dieta y las designaciones de asesorías corrompieron todo. Archundia, el árbitro con más actuaciones en Mundiales en la historia, debería ser el jefe del área técnica, acompañado por Francisco Ramírez como encargado de los asistentes. Simplemente ellos dos son las dos últimas grandes figuras que ha tenido el arbitraje mexicano, y que no han ido a los medios de comunicación porque su experiencia y conocimiento ha sido rechazada por la Comisión de Arbitraje.
Suena aparentemente sencillo lograr estos cambios, pero no hay dignidad en los árbitros ni en sus dirigentes para buscar un panorama más justo. Son unos agachones ante el yugo de Justino y Decio, que de esta manera controlan, por instrucciones de la Junta de Dueños, todo lo que sucede en la Comisión de Arbitraje. Así, no hay futuro ni esperanza.

Colofón 1
El domingo en el Súper Tazón de la NFL, hubo una jugada apretadísima que cambió el rumbo del juego. En una recepción de los Gigantes, el referee señaló pase completo. El coach de los Patriotas no estaba seguro de que fuera correcta la "llamada" y la desafió. El reglamento obligó a los jueces a revisarla en video, para mantener su decisión, o cambiarla. Al final, se mantuvo el pase completo y Patriotas tuvo que "pagar" con un tiempo fuera el desafío fallido. ¿Alguna vez habrá este tipo de justicia en el futbol?
Colofón 2
El domingo en Toluca, Mauricio Morales señaló un tiro penal contra el equipo local en el tiempo agregado. El delantero tuzo Marco Bueno enfilaba por el centro del área, solo y su alma, para encarar a Talavera; con una pequeña finta lo eludió, y cuando se disponía a disparar a puerta abierta, el portero lo golpeó con el brazo en la pierna. Penal inobjetable y tarjeta roja indiscutible, pero Morales se llevó la mano a la camisa y sacó el cartón amarillo. No he podido revisar las reglas de juego antes de escribir esto, pero no tenía conocimiento de que burlar al portero rival por el centro del área había dejado de ser oportunidad manifiesta de gol.
TA S